LA OBRA SE ESTRENA ESTE MARTES EN EL TEATRO REAL DE MADRID

Plácido Domingo regresa la ópera barroca con «Tamerlano”, la número 18 de las escritas por Georg Frierdrich Haëndel, que se estrena este martes en el Teatro Real de Madrid. Plácido Domingo vuelve a un estilo de música que no había tocado desde los inicios de su carrera, cuando interpretó «Hippolyte et Arice” de Rameau.

El director artístico del Teatro Real, Antonio del Moral,
aclara que ésta es «la primera vez que se ve en España la ópera «Tamerlano”
en su versión escénica». Para Plácido
Domingo «es una maravilla poder estrenar una de las dos únicas óperas en las
que Haëndel incorpora a la voz de un tenor”. Originalmente, «Tamerlano” fue
estrenada en 1724 en el King’s Theatre de Londres. La ópera dramatiza y
reinventa el episodio de Timurlenk (1336-1405), sucesor de Genghis Khan, que
amenazó a la civilización europea y llegó a la capital del emir turco Bajazet,
al que hizo frente y cuya hija cortejó.

Plácido.

Domingo resalta el papel llevado a cabo por el director musical
Paul McCreesh, que está al frente de la Orquesta Sinfónica de Madrid, y el
director escénico Graham Vick, que recibió por este montaje el premio «Abbiati”
de la crítica italiana en 2001. Vick describe «Tamerlano” como uno de los
libretos más maduros puros y oscuros de Haëndel, mientras que, para Plácido
Domingo, los recitativos, construidos «intencionalmente más largos de lo
usual por Haëndel, llevan encima una importante carga emocional y una
extraordinaria fuerza dramática». Sobre su personaje, comenta que ahora «me
tocaba hacer de tirano bueno, aunque en la época en que Haëndel escribió la ópera,
más bien eran todos unos tiranos porque no se podía ser otra cosa. Aquí la
verdadera heroína es Asteria”, la hija de su personaje, que está interpretada
por Isabel Rey e Ingela Bohlin. «Es un papel muy exigente tanto en lo vocal como en lo dramático.
Era totalmente nuevo para mí y he tenido que estudiar muy duro para ponerme a
la altura del resto del reparto, que ya lo había cantado”, aclara el tenor.

La soprano Isabel Rey señala el especial esfuerzo que las
cantantes han tenido que hacer al ser un texto del barroco, lo cual les obliga «a
canta medio tono por encima de lo habitual, rozando la llamada zona de paso de
la voz, donde es muy difícil que no sonasen como gatos al cantar».

Por su parte, La mezzosoprano Ann Hallenberg, que interpreta
el papel de Tamerlano, añade que «ya es hora de desmentir el barroco
musical como una época aburrida. Viendo el arte barroco, se descubre que el
barroco era amor, sexo y violencia en estado puro, como también se refleja en
esta ópera a través de la variada paleta de emociones y el colorido de los
diferentes personajes».

Graham Vick, que realiza con este su tercer trabajo en el
Real, tras haber dirigido en este escenario madrileño «Rigoletto” y «Lucia di
Lammermoor”, es necesario «adentrarse en esta ópera empleando parámetros
espaciotemporales diferentes a los contemporáneos y tratando de encontrar en
esos espacios para meditar”. Para el director escénico, «Tamerlano” no se
sujeta a criterios dramáticos ya que «se encuentra plagado de arias
circulares con la única finalidad de servir de recreación y disfrute pero sin
hacer avanzar la trama».