GREG KINNEAR Y KATIE HOLMES DARÁN VIDA A JFK Y JACKIE

El anuncio en Hollywood del rodaje de la serie «The Kennedy’s», protagonizada por el excelente Greg Kinnear y Katie Holmes (más conocida como la mamá de Suri Cruise) ha abierto una lucha sin cuartel entre los sectores liberales y los ultraconservadores de Hollywood.

«¿Sabes? Si cada día no me agarro al culo de una extraña, me dan unas migrañas espantosas», esta confidencia del presidente a un asistente acerca de los beneficios medicinales de la promiscuidad son uno de los diálogos que se han filtrado del guión. O la escena en la que un escolta trata en vano, de llamar la atención del presidente, corriendo alrededor de la piscina en el que el mandatario está relacionándose sexualmente con una atractiva bañista. Estas filtraciones han hecho suponer a los demócratas y liberales que la serie es una conspiración para acabar con la poca reputación que le queda al clan irlandés de Massachussetts.

Y es que trás el ambicioso proyecto está la mano del productor Joel Surnow, creador de la serie «24» a la mayor gloria tardía de Kiefer Sutherland, y uno de los republicanos más ultramontanos de Hollywood. Contra la primera serie que produce el canal de pago History Channel se han levantado las voces de reputados historiadores que aseguran la ficción televisiva falsifica hechos y datos y han llamado al boicot contra ella. De hecho, han señalado que Surnow es íntimo amigo de Rush Limbaugh y de que tras la serie se esconde unos planes envenenados de revisionismo histórico en perjuicio de los demócratas.

Theodore C. Sorensen, ex consejero de JFK, ha descrito el guión como «maniqueo, manipulador, derechista y malicioso». De hecho, ha asegurado. «Todas las conversaciones que mantuve con el presidente en el Salón Oval y que el guión reproduce… jamás tuvieron lugar». La protesta contra la serie la encabeza el reputado documentalista Robert Greenwald, quien ha puesto en YouTube un vídeo en el que diferentes historiadores y colaboradores del presidente asesinado en Dallas llaman al boicot de la serie y a firmar un documento en el que se solicita una profunda reescritura del guión.

En el video de Greenwald, otro historiador, David Nasaw afirma: «el guión de «The Kennedy’s» no refleja en absoluto las vidas que aquellas gentes llevaron. No sólo es extraordinariamente anti-católico, sino anti-irlandés de una manera que no recuerdo desde hace mucho tiempo». Nigel Hamilton, el historiador que escribió la primera biografía de JFK joven, «JFK Reckless Youth», asevera: «Van a crear un travestí. ¿Qué sentido tiene que un llamado History Channel produzca semejante banalización y basura? ¿Por qué no lo llaman directamente «La vida sexual de los Kennedy»?

Mientras Surnow no abre la boca, sus partidarios han acusado a los liberales de Hollywood de meter mucho ruido acerca de un presidente cuya vida sexual tuvo, por decir algo, mucho color, estando damas como la Monroe o Angie Dickinson entre las amantes actrices que su cuñado Peter Lawford le reclutaba sin disimulo, Y han acusado a los liberales de hipócritas por no haber criticado en 2003 la producción de la serie «The Reagans», en la que Ronald y Nancy eran retratados como una pareja de homófobos reaccionarios con una vida privada muy turbulenta.

Robert Greenwald ha retado a Kinnear y Holmes a abandonar la serie antes de que comience su rodaje. Junto a ellos, el excelente actor británico Tom Wilkinson como Joseph Kennedy, patriarca, mujeriego y traficante de alcohol durante los años de la Ley Seca, base de su formidable fortuna. Barry Pepper se hará cargo de Robert F. Kennedy, amante también de la rubia suicida. Patrick Goldstein, el reputado peridista cinematográfico de The Los Angeles Times, asevera que éste no sería la primera ni última entrega en la que la sexualidad superlativa de los Kennedy ha sido mostrada en las pantallas. Y alega que el hecho de que Surnow haya elegido a Greg Kinnear, epítome de la decencia y honestidad norteamericanas, es buena señal. Y no hay que olvidar que Kinnear y Holmes ya fueron pareja carnal en el cine en «The Gift». Eran los tiempos en los que la señora Cruise podía salir en micropaños menores en las pantallas.