El director, que no acaba de encontrar financiación para la secuela de «Plan oculto», pidió a los asistentes a una gala que le entregasen cinco dólares

Lleva tres años sin rodar un largometraje desde la bélica «Miracle at St. Anna», no estrenada en España. Y eso que posee su propio emporio cinematográfico (Cuarenta acres y una mule) y es multimillonario. De hecho, en lo que más se concentra ahora el cineasta sureño reconvertido en neoyorquino es en documentales habiendo realizado dos para la cadena televisiva de pago HBO acerca del Katrina y Nueva Orleans. Pero, inasequible al desaliento aunque Hollywood le de la espalda, prepara biopics acerca del deportista Jackie Robinson (beisbol) y James LeBron, un «avida dollars» muy criticado.

También planea una secuela de la excelente «Plan oculto» («Inside Man»), con Clive Owen y Jodie Foster, de nuevo. Pero no se puede garantizar la financiación completa: «Ha sido la película de mi mayor éxito y no consigo el dinero para la secuela. Es casi seguro que jamás podré hacerla». Y eso que acaba de recibir junto a dame Helen Mirren el premio de la AFI a todo el trabajo de una vida por su trabajo en cine, televisión y publicidad, sobre todo para Nike (llegó a rodar en un encierro en los Sanfermines de Pamplona con Michael Jordan).

La gala tuvo lugar en el salón de baile del hotel de lujo New York Hilton de la Gran Manzana, y pidió al público que le vitoreaba que le diera cada cual cinco dólares. Ni harto ni perezoso se paseó entre la multitud sombrerito de paja en mano para recaudar. Lee, cuyos héroes fílmicos son Kurosawa, Fellini, Scorsese, Wilder y Elia Kazan, jamás ha ganado un Oscar. Lee recordó que Denzel Washington no recibió un Oscar por su retrato de Malcolm X, y sin embargo por «Día de entrenamiento» («Training Day»), un film menor. Y dijo durante el acto: «Haz lo que debas» («Do The Right Thing») no recibió ni siquiera una nominación. ¿Y quién ganó el de la mejor película en 1989? «Paseando a la jodida Miss Daisy». Por eso, los Oscar son una puta mierda, por eso no sirven de nada. Porque, ¿quién coño está viendo esa mierda de película 20 años después?»

Aquel film de Lee fue nominado al mejor guión, sin ganar, pero ahora ha sido elegido por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos para ser preservado en el legado que supone el National Film Registry. O sea, para la eternidad y futuras generaciones. También hubo momentos de humor. Lee confirmó que en sus platós, si a alguien le suena el móvil, debe de pagar una multa de 50 dólares. Y que si actúa en sus propias películas (ha sido comparado por ello con Woody Allen) no es por narcisismo sino porque no hay presupuesto para más actores. Y acerca de los comediantes, dijo que están siempre jodidos»: «Estás ahí fuera expuesto y desnudo para tener que oír, «estás demasiado gordo» o «demasiado delgado» o «tu culo es demasiado grande» o «tu nariz es demasiado ganchuda». Y siguió: «No me extraña que caigan en el alcohol, las drogas o la prostitución. Y no digamos, problemas matrimoniales o depresiones».

Lee ha supuesto un gran apoyo al presidente Barack Obama, sobre todo en su campaña electoral. Tras la victoria y la euforia posterior, sentenció: «El racismo y la segregación no han desaparecido». Acerca de las posibilidades de ser reelegido, dijo: «Va a ser una lucha dura, pero vencerá». A los tres años del no estreno de la (fallida) «Miracle at St. Anna», acerca de la lucha de los soldados afroamericanos en Italia, para liberarla de Benito Mussolini (que pude ver en el Festival Internacional de Cine Americano de Deauville y hablar con su autor y que data de 2008, Lee está en la preproducción de dos proyectos inmediatos de bajo coste. La secuela para HBO del documental post- Katrina en Nueva Orleans, «If God is Willing and Da Creek Don’t Rise» y una serie de televisión basada libremente en la peripecia vital de Mike Tyson, «Da Brick».