El paso del huracán por Nueva York altera la vida de las celebrities

Como la mayoría de los neoyorquinos, Katie Holmes volvió al trabajo el jueves. Exhausta en vaqueros y un jersey XXL gris, con el vaso de papel de café en la mano Katie y Suri, como miles de otros, fueron forzados a abandonar mansiones y viviendas por el huracán Sandy. Se alojan en casa de amigos anónimos.

«Suri y Katie aguantaron en su piso de lujo hasta que pudieron», dice un vecino de su casa en el distinguido barrio de Chelsea, hasta que la electricidad desapareció abruptamente a las 20:30, y el agua, al día siguiente. No podían ni tirar de la cadena en el water. En ese punto, huyeron del lugar.

El edificio Mercantile en el lujoso barrio de Chelsea es todo un hogar para las huidas del lunático Cienciólogo Xenu, a pocos metros del colegio de la niña, pero a miles de kilómetros del de la secta, donde su padre quería encerrarla. Como los demás inquilinos, madre e hija tuvieron que bajar a oscuras la gran escalera a la calle. El mismo vecino dijo: «Suri quizá esté acostumbrada a utilizar helicópteros y limusinas con chófer, pero el huracán nos igualó a todos. Tuvieron que bajar en la más fría oscuridad 12 pisos, como todos.»

Parece ser que de momento no sienten nostalgia de su casoplón, porque los amigos les buscaron un duplex en el exclusivo hotel Mark en la Upper East Side, no lejos del hotel Carlyle, donde se solían alojar con Tom Cruise, el saltador de sofás. El representante de la actriz no emitió una opinión.