EL TEATRO JOVELLANOS ESTRENA LA OBRA DE ARTHUR MILLER

Pieza fundamental de la dramaturgia contemporánea, «Todos eran mis hijos», de Arthur Miller se estrena en el Teatro Jovellanos de Gijón este sábado 4 de diciembre tras su paso por el Español de Madrid y por el Arriaga de Bilbao, en versión de Claudio Tolcahir, con Carlos Hipólito, Gloria Muñoz, Fran Perea, Manuela Velasco y Jorge Bosch al frente del reparto.

Carlos Hipólito, Gloria Muñoz, Fran Perea y Manuela Velasco protagonizan esta historia sobre una familia americana que ha prosperado haciendo dinero con la II Guerra Mundial, un hijo muerto en esa guerra con status de héroe; otro hijo, entre oveja negra y rebelde generacional. Una madre de luto eterno, un padre cargado de culpa… y los secretos de familia, los pecados que los lastran a todos.
Dos años después de que unos 70 millones de cadáveres enterraran la II Guerra Mundial, Estados Unidos huele a victoria próspera y a liderazgo mundial. Joe Keller (Carlos Hipólito) cuenta las ganancias que su fábrica de piezas para aviones de combate le ha procurado: es rico. A veces, Keller recuerda «el hombre que alguna vez quiso ser», un hombre con ideales y principios. Otras veces, demasiadas, recuerda al hijo mayor que desapareció derribado en uno de los aviones equipados con sus piezas. Kate (Gloria Muñoz), su mujer, aún sigue esperando a ese hijo y, en cambio, quien aparece es el hijo menor (Fran Perea), menos que un héroe y más que una cruz sobre la conciencia: él es la nueva generación cuestionando la avaricia de los adultos, hurgando en el sueño americano hasta hacerlo migajas, haciendo oídos sordos a convenciones y tabúes: «no tomarás a la mujer de tu hermano»…
Arthur Millar, dramaturgo por excelencia, amén de Premio Pulizter, Premio Príncipe de Asturias, vaca sagrada de la literatura norteamericana y efímero protagonista rosa por su matrimonio con Marilyn Monroe (para ella escribió en 1961 «Vidas rebeldes») en uno de sus textos más incisivos, lúcidos e intemporales.
Claudio Tolcachir, exponente de la última y aplaudida generación de dramaturgos argentinos, dirige esta puesta en escena de Todos eran mis hijos y dice sobre ella: «Es una obra que despliega en su asombrosa trama una actualidad abrumadora. Es una de esas maravillas de Miller que nos hacen volver a cuestionar los valores más básicos de una sociedad que parece haberlos olvidado hace mucho»