EL AUTOR, AUSTIN PENDELTON, CRUZA DRAMA Y CRÍTICA SOCIAL

El actor Miki Molina estrena este viernes 18 en el Teatro Arenal de Madrid «Tío Bob”, una mezcla de drama y crítica social en la que dos personas tratan de salvar los escollos de una mala comunicación para llegar al amor. La obra fue escrita en los 80 por el estadounidense Austin Pendelton y Miki Molina la ha llevado en los últimos meses a numerosas ciudades españolas.

Miki Molina, que se estrena con esta obra además como
productor, plantea en «Tío Bob” reflexiones propias de nuestra sociedad, como la
crisis de valores en los que estamos sumidos, la crueldad, la confusión sobre
la propia identidad, la hipocresía el desamor o la soledad.

Miki Molina, que ha conseguido el Premio al Mejor Actor Dramático
por su interpretación en esta obra, asume el papel de Bob, un hombre
desencantado con la vida, al que le ha abandonado su mujer y que comienza a
arrastrar una enfermedad terminal. Sin avisar, llega su sobrino Josh (al que da
vida Carlos Pulido) para cuidar de él e intentar sacarle del ostracismo al que
se ha abandonado su tío.

AMOR MÁS ALLÁ DEL SEXO

«A partir de ese momento, la obra se vuelve vertiginosa
y se produce un combate a corazón
abierto entre ellos”, explica su director José Luis Damas, «sacando a la luz
sus deseos más íntimos».

«Creo que la gente se equivocaría si creyese que la
relación que se fragua entre tío y sobrino es una mera atracción sexual»,
apunta Molina añadiendo que este amor y cariño que sienten el uno por el otro está
por encima del sexo. Para el actor, hay un «exceso de sexo encima de los
escenarios de teatro, relaciones con sexo pero poco amor. Esto es todo lo
contrario».

«Tío Bob”, que lleva ya más de un año por escenarios de la
Comunidad Valenciana y Murcia, ha cambiado de director al traerse a Madrid:
«Había disparidad de opiniones respecto al enfoque de la obra»,
comenta Molina. «El anterior director, Juan Calot, acentuaba el dramatismo
de un texto de por sí duro». Esta vez, han querido apoyarse más en los
puntos de inflexión «que le aportan más matices de ternura y de comicidad
entre ambos». Molina señala que su personaje es difícil de describir pero
que «tal vez se parezca en su forma de contestar a la vida y al personaje
televisivo de House». «La nueva visión de la obra que hemos adoptado
refleja a unos personajes más sinceros, que plantean que, a veces, es bueno
aprender a reírse de la muerte», asegura.