YOLANDA GARCÍA SERRANO FIRMA «HALMA», UN HOMENAJE A LA OLVIDADA HALMA ANGÉLICO, EN EL VALLE INCLÁN DE MADRID

Yolanda García Aerrano (Premio Nacional de Literatura Dramática 2018) escribe y dirige «Halma», un homenaje a María Francisca Clar Margarit, que firmaba como Halma angelico, una de las autoras más olvidadas de la Generación del 27. La obra pertenece al ciclo «En Letra Grande», sobre escritoras que en el pasado enriquecieron la escena española, que se puede ver en el Teatro Valle Inclán de Madrid.

«Hombres existen en el momento actual que, abominando de todos los romanticismos, llegan a cegar con su negación la fuente pura de él: la mujer. La niegan como algo que se teme, y para desvirtuarla piden y desean convertirla en remedo grotesco de ellos mismos”. Estas son palabras de Halma Angélico, publicadas en la revista Mujer, en 1931.

«Conocer a esta escritora, quien murió en el más absoluto abandono, ha sido toda una experiencia que pretendo reflejar en «Halma». Ella fue una mujer que mereció ser recordada, la única que estrenó en plena Guerra Civil, y que recibió críticas tan brutales que la llevaron al silencio y la ruina. Preocupada por el papel de la mujer en la sociedad, creadora incansable, se enfrentó a un muro de odio que no pudo derribar. Quizá ha llegado la hora de hacer lo que ella no pudo», dice Yolanda García Serrano.

María Francisca Clar Margarit, nacida en Palma de Mallorca en 1888, escribió bajo el pseudónimo de Halma Angélico. Se mudó a Madrid y trabajó como articulista, además de ser conocida por su asociacionismo femenino, político y cultural. Y es que se codeó con personajes como Concha Espina, Manuel Azaña, Margarita Nelken o Carmen de Burgos. Además de su vertiente periodística, también contó con una actividad teatral, la cual comenzó con una colaboración con Jacinto Benavente para la representación de «Don Juan Tenorio». Halma escribió cuatro obras: «La nieta de Fedra», «Entre la cruz y el diablo», «Al margen de la ciudad» y «Ak y la Humanidad». Las tres primeras describen la situación de la mujer en la sociedad, mientras que la última contiene tintes políticos justo cuando se daba la Guerra Civil española. Tras el conflicto bélico fue encarcelada durante tres meses a causa de su pasado político. Finalmente, fue liberada y se quedó en Madrid sola y aislada intelectualmente. No retomó la escritura y murió en el olvido en 1952.

La función está interprerada por Ana Villa y Enrique Asenjo y permabecera en el Teatro Valle Inclán hasta en 3 de marzo. El jueves 28 tendra lugar el tradicional encuentro con el público.