Marisa Paredes da vida a una mujer de fuertes convicciones religiosas, que se convierte en amante de un inmigrante subsahariano

El escritor y crítico Vicente Molina Foix dirige su segunda película, «El Dios de Madera», que a partir de un guión propio la protagonizan Marisa Paredes, Nao Albert, Mamady Diocu y Soufiane Ouaarab. Al igual que su ópera prima, «Sagitario», también ésta es una historia de personajes atrapados en profundos dilemas morales.

«El dios de madera» narra la historia de Yao, un joven senegalés que junto con el marroquí Rachid llega a Valencia de forma ilegal para trabajar vendiendo en el top manta. Yao se instala en casa de Róber, novio de Rachid. Es un ático que se comunica con el piso de abajo, en el que vive María Luisa, madre de Róber, una mujer de fuertes convicciones católicas y treinta años mayor que Yao. María Luisa siente una gran atracción por el subsahariano y tras algunos titubeos, se hacen amantes. Poco a poco María Luisa se enamora de él, a pesar de la oposición de su hijo, del que se ha distanciado desde que aquel asumiera su homosexualidad, pero Yao no logra olvidar a su novia en Senegal. Sin embargo cuando la devota María Luisa se siente atraída por el joven subsahariano, las barreras y los tabúes desaparecen, permitiendo el reencuentro entre madre e hijo.
La película se rueda en localizaciones de Valencia y Barcelona. Es una producción de DC Media, Metrojavie y Sagrera Audiovisual, con un presupuesto que sobrepasa el millón y medio de euros y cinco semanas de rodaje.