Desde este fin de semana el actor se vuelve a subir a los escenarios neoyoquinos con el drama laboral de David Mamet

En el cine, Pacino (Jack Lemon y Alec Baldwin) brillaron con luz propia en la adaptación del drama laboral de David Mamet «Glengarry Glen Ross». Lo curioso es que los críticos neoyorquinos no han visto la producción dirigida por Daniel Sullivan y sólo lo harán este fin de semana, seis semanas después de los ensayos con público. Un caso sin precedentes.

Y es que el estreno se tenía que haber producido el pasado 11 de noviembre a las tres semanas de los ensayos. En el reparto también Boby Cannavale. En ésto llegó en huracán Sandy y el estreno se ha postpuesto un mes. Este finde los críticos podrán paladear la obra más esperada en Broadway. Pero para entonces, la pregunta es, ¿a quién le interesa sus opiniones?
El drama laboral finalizará a finales de enero, con lo cual se ha perdido la mitad de la temporada. Los periodistas dicen «oler una rata». Jeremy Gerard, editor de Bloomberg decidió por su cuenta publicar una crítica acerca de una obra cuya entrada se eleva a 167 $. La revisión fue muy positiva. Y la venta de taquilla se ha disparado para este vehículo de Pacino, parecen que las críticas interesan de nuevo. Hace un par de temporadas ocurrió lo mismo con el musical «Spider Man. Turn Off the Dark»· con decenas de postergaciones. Se alegaron lógicos problemas técnicos y los periodistas decidieron verlo antes de que bajara el telón. Pero en el caso de la pieza de Mamet se trata más bien de una codicia mercenaria para evitar posibles críticas negativas y llenar las arcas. Porque se trata de una obra «antigua» y millonaria. Mejor no correr riesgos. Se analiza como una movida de ficha alimentada por el cinismo. Jeffrey Richard, el productor más importante, ha negado que la calidad sea un problema y que se trataba de un problema de fecha.

Sandy fue una excusa y Pacino «sólo» cobra 125.000 dólares por semana, como un currela más. Los críticos se sienten marginados en nombre de la codicia mercenaria y algunos han avisado de que se negarán a publicar línea alguna. Se quiere revitalizar la discusión vida del teatro como arte y la postposición sólo significa decadencia irreversible. Continuará…