También en competición «Amar», la ópera prima de Esteban Crespo, que devuelve a la «obsesión tóxica” del primer amor

La ópera prima como dorector del guionista canario Andrés Koppel, una adaptación de la novela «La niebla y la doncella», escrita por el ganador del Premio Planeta y Premio Nadal Lorenzo Silva, ha tenido su puesta de largo durante esta tercera jornada del Festival de Málaga, para la que ha contado con la presencia de sus protagonistas, desde Quim Gutiérrez a Verónica Echegui, Aura Garrido, Marian Álvarez y Roberto Álamo.

Se trata de un thriller policíaco de la saga de los agentes de la Guardia Civil Bevilacqua y Chamorro que combina crimen y pasión, ambientada en un entorno bastante hostil. La acción se desenvuelve en la pequeña isla de La Gomera, muy bien conocida por Koppel, por lo que ha sido capaz de sacarle jugo y ha sabido aprovechar sus rincones para ambientar a la perfección cada uno de los capítulos de la novela.

Koppel ha manifestado la importancia de la atmósfera y de la isla como un personaje más a través de un escenario opresivo, sórdido y turbulento, un paisaje dramático e implacable caracterizado por la niebla densa que complementa a la acción del guión y contribuye a preguntarse a los espectadores dónde se esconde la verdad de la historia, implicándoles en una nube de misterio.

El cadáver de un joven aparece en un bosque y el caso se resuelve muy rápido, acusando del asesinato a un político municipal que queda exonerado tras ser juzgado. El capítulo parece ya cerrado, hasta que llegan a la isla el sargento de la Guardia Civil Bevilacqua –al que da vida Quim Gutiérrez- y su ayudante, el cabo Chamorro –interpretado por Aura Garrido- son enviados para reabrir la investigación. El cabo Anglada – Verónica Echegui- se encargará de ayudarles. Para lograr esclarecer el caso, los investigadores tendrán que sortear innumerables mentiras, trampas y sospechas para destapar a un asesino que permanece oculto entre los habitantes de la isla.

En rueda de prensa, acompañando al director y todo el reparto del largo, el escritor Lorenzo Silva se ha mostrado muy satisfecho con el trabajo de Andrés Koppel y de todos los actores, al que ha calificado de solvente, rico con muchas capas, donde hay emoción, incógnita y mucha profundidad, al igual que en su novela, con unos personajes que son iguales de consistentes. Además, ha insistido en que se ha sentido muy cómodo dejando su trabajo en manos de un director de cine como Koppel, en el que considera que ha sido capaz de plasmar todo su talento y creatividad.

Quim Gutiérrez ha expresado que «es complicado interpretar el papel del personaje de una novela porque cuesta muchísimo estar a la altura y lograr la satisfacción de los lectores que suelen esperar que todas las escenas sean exactamente idénticas a cómo imaginaban mientras leían el libro”. Por otra parte, Aura Garrido ha explicado que ha sido la primera vez que ha interpretado un papel como éste, aunque a pesar de la dificultad se ha sentido muy cómoda durante todo el rodaje.

También en esta tercera jornada del Festical, «Amar», ópera prima de Esteban Crespo, «Amar», una película romántica, fresca, intensa y de sentimientos profundos que en palabras de su director nos devuelve a la pasión y a la «obsesión tóxica” del primer amor.

La cinta cuenta con el debut cinematográfico de la joven María Pedraza, de 19 años, bailarina clásica profesional, instagrammer y con una prometedora carrera como modelo. Le acompaña Pol Nomen, que ha trabajado en películas como «Elisa K» o «Els nens salvatges». También ha participado en varias series televisivas, como «Isabel». Esteban Crespo ha revelado que se fijó en Pedraza a través de su perfil personal de Instagram, al que seguía desde hacía tiempo para comprobar cómo se relacionan los jóvenes a través de las redes sociales. Fueron precisamente las fotografías publicadas en su perfil de esta red social las que le transmitieron la necesidad de contar con ella como protagonista para el guión de Amar que guardaba en la nevera desde hacía 15 años esperando su momento. Tuvo que modificar el guión, ha reconocido, porque las relaciones amorosas entre los jóvenes de hoy en día habían cambiado bastante desde que comenzase a redactarlo y las nuevas tecnologías ahora juegan un papel muy importante.

Para ilustrar la asfixia o falta de oxígeno tan común en las relaciones amorosas absorbentes recurre a la simbología metafórica, como es el caso del uso que realiza de las máscaras para transmitir el mensaje de entrega y dependencia sentimental absoluta entre los amantes que viven aferrados a su historia. «Hemos trabajado mucho cada una de las escenas y el guión se ha adaptado continuamente al lenguaje de los protagonistas, a su edad, a su forma de pensar», ha expresado Crespo. «Me interesaba la locura, cómo toman los jóvenes cada una de sus decisiones, a veces como si se les fuera la vida en ello, cómo maduran con sus experiencias. He querido despertar sensación de recuerdo entre los espectadores, despertarles sentimientos y hacerles revivir cómo fue su primer amor», ha aclarado.

Laura y Carlos –María Pedraza y Pol Monen- se aman, envueltos por la locura del primer amor. Sin embargo, esta pasión sin límite es la misma que les absorbe, obsesiona y embriaga y que terminará por separarles con una tensión constante, dramática y tormentosa. El guión no es lineal, es decir, da un giro que cambia por completo la intuición que pueden tener los espectadores al comienzo de la película. No es un film romántico, dulce y pasteloso, es precisamente todo lo contrario, ha insistido su director.

Pedraza y Monen han coincidido en concebir el amor que recrean en sus escenas como muy intenso, exactamente igual al que pueden experimentar los jóvenes de hoy en día en su primera relación. Si no hay intensidad en el amor, es solo gelatina, ha espetado Monen.

Esteban Crespo, es un director consolidado como cortometrajista. Fue nominado a un Oscar en 2014 por «Aquel no era yo» y ahora debuta como director de largometraje con «Amar».