Luis Tosar, Luis Callejo y Jaime López dan forma a un «western ibérico» que reflexiona sobre la amistad, la violencia y la dignidad

«Intemperie» fue el éxito editorial más importante de 2013. El universo árido, atemporal y anónimo ideado por Jesús Carrasco, hasta entonces un publicista que jamás había publicado un libro, sedujo por igual a crítica y público, que encontró en aquella historia cargada de humanidad una técnica narradora y unas referencias que entroncaban con gigantes como John Updike, Raymond Carver o Richard Ford. Ahora Benito Zambrano («Solas», «La voz dormida») la está llevando a la gran pantalla.

Se trata de una conmovedora historia, repleta de suspense y emoción, que narra la huida de un niño a través de un país gobernado por la violencia y castigado por la miseria material y moral de la época, en el que tratan de prevalecer la amistad, la solidaridad y la compasión: Un niño escapado de su pueblo escucha, agazapado en el fondo de su escondrijo, los gritos de los hombres que le buscan. Cuando la partida pasa, lo que queda ante él es una llanura infinita y árida que deberá atravesar si quiere alejarse definitivamente del infierno del que huye. Ante el acecho de sus perseguidores al servicio del capataz del pueblo, sus pasos se cruzarán con los de un pastor, que le ofrece protección, y a partir de ese momento, ya nada será igual para ninguno de los dos.

La novela, que cosechó un sinfín de galardones y que aún es considerada como uno de los debuts literarios más relevantes de los últimos tiempos, aspira a repetir triunfo en las salas de cine. La cinta es un proyecto de Morena Films («Habitación en Roma», «Celda 211») en coproducción con Aralan Films («Los niños salvajes», «Cuando los ángeles duermen») y Ukbar Filmes («Puentes de Sarajevo»). La productora de Juan Gordon ha apostado fuerte -más de tres millones de euros de presupuesto- por un «western ibérico que narra la historia de dos personas desarraigadas, que han decidido vivir al margen de la sociedad y que establecen vínculos de solidaridad y amistad en un entorno agreste y violento».

Los parajes áridos, casi desérticos, del noreste de la provincia de Granada son los escogidos por Morena Films para poner en pie la trama. Su elección, según reconoce Gordon, ha sido fruto de un laborioso esfuerzo por hallar un espacio «que diera la sensación de intemperie, que hiciera creíble la posibilidad de morir a los dos días si salimos de casa y tratamos de atravesarlo». Orce, Galera, Castril y La Puebla de Don Fadrique, escenarios del rodaje desde el pasado 16 de julio, son «un personaje más, el enemigo terrible e implacable al que se enfrentan todos los personajes».

La producción cuenta con Benito Zambrano en la dirección. El hispalense («Solas», «Habana Blues» o «La voz dormida»), que no conocía esta zona de Andalucía antes del comienzo de la grabación, se ha mostrado sorprendido por la belleza y la grandiosidad de un territorio que lo ha recibido con un caliente saludo en forma de ola de calor. Allí, entre lomas quemadas por la brisa y llanuras solitarias que le llevan «al mundo pobre y duro» de «Intemperie», es donde está construyendo una cinta en la que encuentra «relaciones con la actualidad. Es una película que quiere hablar de la amistad y la generosidad, del amor aunque apenas nos conozcamos entre nosotros, de que la violencia no es el camino y que plantea una pregunta muy importante -cuenta el director-: ¿Cómo criarías a tu hijo en un mundo de violencia?».

Ha sido el guión, abordado por Pablo y Daniel Remón, el que ancló a Zambrano en el proyecto desde el principio. «Cuando me lo propuso Juan (Gordon), ya había una adaptación de la novela y fue esa lectura la que despertó el deseo y la ilusión de hacerla», reconoce. Sobre ese primer libreto trabajó el director, que ha incorporado al texto final su manera de contar historias, una fórmula en la que intenta «dar un mayor sentido y profundidad a los personajes para hacer una película que sea estéticamente interesante, formalmente bonita, con una carga fuerte como la que tiene el libro y que no defraude al espectador, que es lo más importante».

Para lograrlo, el proyecto cuenta con un elenco de primer nivel. Luis Tosar («Los lunes al sol», «Te doy mis ojos», «Celda 211»), Jaime López («Techo y comida») y Luis Callejo («Kiki, el amor se hace», «Tarde para la ira») conforman la triada principal en los papeles de pastor, niño y capataz -el antagonista de la historia-, apoyados por los actores Vicente Romero, Adriano Carvalho y Kandido Uganda como secundarios y más de medio centenar de extras provenientes, en su mayoría, de las localidades que sirven de escenario.

Precisamente la participación de los vecinos de la zona ha permitido que el trabajo de los intérpretes dé un salto de calidad. Lo reconoce el propio Tosar, encargado de dar forma a un personaje «solitario y tosco, que recuerda al Jeremiah Johnson que encarnó Robert Redford». El actor se ha servido de la experiencia de Ángel Martínez, un pastor de Orce que participa en la cinta como figurante, para dar profundidad a su personaje. «He tenido la suerte inmensa de trabajar con Ángel, que es una especie de enciclopedia humana que me ha ayudado a entender la forma de vida que lleva el pastor y que me ha enseñado a tener trato directo con los animales», confiesa.

Tosar, Callejo y un riguroso Jaime López, que está despertando los elogios del equipo, continuarán construyendo hasta final de mes una historia que quiere dar un golpe en la mesa del cine español. Será en el último tercio de 2019 cuando «Intemperie» busque resguardo en las salas de cine.