La obra delnoruego Ingvar Ambjorsen se instala en el Teatro Galileo de Madrid, bajo la dirección de Andrés Lima

Los actores Carmelo Gómez y Javier Gutiérrez dan vida a dos cuerdos en un mundo de locos, y viceversa, en la obra teatral «Elling», una adaptación de David Serrano y dirigida por Andrés Lima, uno de los cerebros de la compañía Animalario. El Teatro Galileo de Madrid acoge esta función, que ya ha pasado por otras capitales españolas, hasta el día 29 de este mes de enero.

La trama muestra a Elling y Kell Bjarne, interpretados por Gómez y Gutiérrez, respectivamente, que han permanecido durante varios años en un hospital psiquiátrico. Su única enfermedad es no saber cómo enfrentarse a la sociedad, un mundo al que temen y en el que tendrán que comenzar la normalidad donde, además, también hay locura.
El reparto de esta comedia se completa con Chema Adeva, Rebeca Montero y el pianista Mikhail Studyenov, quien aportará lenguaje musical a esta historia, con un relato abstracto y paralelo que llegará «directo» a las vísceras, según ha explicado este jueves el director durante la presentación.
Según sus palabras, esta es una historia de «amistad y esperanza», en la que se aborda el significado de «ser normal o ser raro». A la carcajada se une la imaginación, la ternura y el amor de una historia basada en la novela homónima del escritor noruego Ingvar Ambjomsen, y que el director Petter Næss llevó al cine en 2001.
Los personajes que aquí se presentan responden el prototipo de parejas literarias y cinematográficas «de toda la vida», representado por Don Quijote y Sancho o el gordo y el flaco, en palabras del director de «Elling» Andrés Lima. Además, Lima destaca que este texto dibuja «una comedia aparentemente sencilla, aunque escrita con mucha inteligencia y referencias a Baudelaire o Salinger, entre otros».
Carmelo Gómez interpreta a un hombre con «un serio problema», a quien su madre convirtió desde pequeño en un ser «ostracista, lleno de miedos y que no puede dar un paso sin que parezca el ascenso al Himalaya», explica al actor. Su personaje se complementa con el de Kjell, un hombre de 40 años, vírgen y que vive obsesionado con el sexo.
La película trata de huir del tópico de la lástima y aquí, de la misma forma, se trata de acortar la distancia que existe entre los locos y los cuerdos, hasta el punto de confundirse. «Ellos se empeñan en convencer de que solo son enfermos, pero no por ello son anormales. Y hasta ahí llega la compasión, porque más allá les sienta fatal», afirma Gómez.
Carmelo Gómez, a diferencia de Lima y de Gutiérrez, no participa en la compañía de teatro Animalario, por lo que reconoce que le costó «mucho entrar en esta forma de trabajo radicalmente distinta». Sin embargo, su experiencia ayudó a crear una apuesta «para no caer en una función blanda».