Oliver Stone revela la secuela en Cannes

Con un poblado mostacho y las ganas de guerra habituales, Stone compareció en la Riviera acompañado de la numerosa muchachada que protagoniza el filme. Naturalmente, Michael Douglas (cuyo tiburón Gordon Gekko le valio el Oscar), Shia LaBeouf y su novia en la pelicula y la vida real, la deliciosa Carey Mulligan y el «villano» Josh Brolin (presente tambien en «You Will Meet A Tall Dark Stranger», de Woody Allen).

La rueda de prensa estuvo animadísima con un Stone rememorando la idea de la secuela ya en 2006, en plena eurofia economica y vinculando la atual debacle con el volcán que ha paralizado al mundo: «la tierra ha hablado». El hijo de un verdadero tiburón de Wall Street ha querido enfocar la historia esta vez más en las relaciones personales, el sentido de la familia y el verdadero valor del dinero. Especialmente emotivo el soliloquio de Douglas, arrepentido de haber dejado morir a su hijo, suicidado tras un pasado de drogas, haber abandonado a su hija Winnie (Mulligan) y traicionado al ardiente Jacob Moore, un «delfín» de Wall Street que aspira a un mundo mejor y más verde. El discurso de Douglas resuena desde su corazón desde que su hijo mayor Cameron, de su primer matrimonio con Diandra Luker, acaba de ser condenado a cinco años de prisión por tráfico de drogas duras. Michael Douglas, que es padre ejemplar de dos pequeños con Catherine Zeta Jones, se ha achacado la culpa por negligencia paterna.

En el film, el cameo de Charlie Sheen, protagonista y víctima de Gekko en la primera «Wall Street» como el inocente Bud Fox. Stone es de nuevo un inversor, esta vez con implante capilar, teñido de pelo implantado y diamante en la oreja, que le sienta como a un mono dos pistolas. En el film, Frank Langella hereda el rol martir de Martin Sheen y Mulligan el de Daryl Hannah de la primera entrega. LaBeouf tiene la oportunidad de demostrar el gran actor que es, lejos de «Transformers» y de «Indiana Jones» paternos como un realista entre idealista y capitalista. Como Bretton James, un capitalista puro y duro, Josh Brolin se supera a si mismo. El protagonista de «No es país para viejos» y yerno de Barbra Streisand es el rey de Cannes con otro film esperadísimo, «You Will Meet a Tall Dark Stranger», de Woody Allen, como el escritor frustrado Roy, adúltero frente a la dulce Naomi Watts, ladrón de ideas y, en general, mala persona. Del juerguista que es, se espera que el marido de Diane Lane queme la noche cannois.

Stone realiza su particular homenaje a Holanda a través de la cerveza Heineken y la leyenda que proclama que hace cuatro siglos se podia comprar una mansión en Amsterdam por el precio de un bulbo de tulipán; destroza el cuadro de Goya (que afortunadamente se encuentra a salvo y entero en el Museo del Prado) y utiliza dramáticamente la Sinfonía Patética de Beethoven. Decir que junto a la copia del Goya, los cuadros de Bretton James (Brolin) son autenticos y pertenecen a los legados de Marc Chagall y Andy Warhol. Los trajes de Douglas, Brolin y LaBeouf han sido confeccionados por los mejores sastres de Saville Road. Un clasico instantaneo, el nuevo film de Stone.