UN DRAMA SOBRE UNA RARA ENFERMEDAD DE LA LECHE MATERNA

La directora peruana Claudia Llosa ha finalizado el rodaje de «La Teta Asustada”, nombre que recibe una rara enfermedad que se transmite por la leche materna. Llosa, recordada por su anterior trabajo «Madeinusa”, que reside habitualmente en Barcelona, ha rodado la película, en coproducción con España, en localizaciones de Lima (Perú).

El
filme lo protagonizan Magaly Solier, Susi Sánchez, Marino Ballón y Efrain Eolis
y los productores españoles son José María Morales y Antonio Chavarrías. El
argumento gira en torno a cómo la violencia cotidiana sufrida en la época del
terrorismo en Ayacucho, hace que Perpetua, una mujer mayor que vive exiliada en
Lima, le transmita a su hija Fausta, (Magaly Solier) lo que en los Andes llaman
la enfermedad de la Teta Asustada. Tras este hecho traumático, Perpetua y
Fausta sólo se comunican cantando. Fausta acusa la enfermedad en momentos de
miedo y tensión extrema sangrando por la nariz y conviviendo con el temor
latente a la violación.

La película muestra a Fausta padece La Teta Asustada, una
rara enfermedad que se transmite por la leche materna de mujeres que fueron
violadas durante la gestación y la lactancia en la época del terrorismo. Un
terror atávico que se transmite de generación en generación y que Fausta sufre
en forma de hemorragias nasales en momentos de crisis. La joven, además, guarda
un secreto que no quiere revelar hasta que la súbita muerte de su madre la
obligará a encontrar una salida al laberinto, dentro y fuera de ella.

La historia arranca cuando Perpetua muere y su hija Fausta
quiere repatriar sus restos y enterrarla en su aldea natal. Pronto se descubre
que Fausta oculta algo más: lleva una patata metida en su vagina, que utiliza
como tapón, por el propio temor a repetir la terrible experiencia vivida por su
madre. La Sra. Aída, compositora e intérprete de música, es la dueña y señora
de «La casa de Arriba” donde Fausta es llamada a trabajar por las noches, con
el objeto de ahorrar el dinero necesario para trasladar a su madre muerta. «La
casa de Arriba”, es una mansión atrapada en medio de un mercado popular de un
barrio de la periferia de la capital. Fausta entrará en la vida de Aída a través
del canto, al igual que con su madre. Allí también conocerá a Noé, el jardinero.
El triángulo de relaciones dará un cambio radical en la manera como las dos
mujeres afrontan la carga de su memoria, la vida que les llega y el sabor del
desamor.