El actor habla en exclusiva para cineyteatro.es

Firth ha estado en Rotterdam, en el Festival Internacional de Cine, acompañando a «Un hombre soltero», una película basada en la novela de Christopher Isherwood que le ha servido al diseñador de Gucci, el texano Tom Ford para debutar en la dirección de largometrajes. Su trabajo como George, el discreto profesor de inglés en una universidad norteamericana que pierde al hombre de su vida súbitamente en un accidente de coche, la intempestiva pérdida, el dolor de la soledad, la ausencia de amor, el vacío existencial que Firth retrata con pluscuamperfecta sutilidad le valieron el pasado otoño el premio máximo de interpretación del Festival Internacional de Cine de Venecia. También, una nominación al Globo de Oro.

En Rotterdam, Firth ha desplegado sus habituales exquistas maneras y enorme compromiso con el film en los encuentros con la prensa. Y el público acudió en masa a las proyecciones, no en vano este actor nacido en una familia de altos académicos fue el pintor de Delft Johannes Vermeer en «La joven de la perla»: «Tom es un excelente director, tan bueno como el más experimentado. Tenía toda la película en su cabeza antes del primer día del rodaje», dijo del recién llegado al cine (aunque en su rancho texano se rodó parte de «Appaloossa», de Ed Harris, y el propio Ford protagonizó una polémica portada de «Vanity Fair» completamente vestido con las totalmente desnudas Keira Knightley y Scarlett Johansson).

La Copa Volpi veneciana reconoció el trabajo sutil y muy interiorizado del actor de «Shakespeare enamorado». Firth dice debérselo al propio temperamento introvertido de Ford: casi no necesitábamos hablar. Inmediatamente yo sabía lo que él quería de mí, casi sin palabras. Su presencia en e plató era muy tranquila y nos inspiró a todos, ése es el poder que los grandes directores tienen. Todo el equipo sintió hacer la misma película y nos zambullimos en elmismo río. Fue una sensación colectiva muy poderosa».

Firth se siente muy orgulloso de la Copa Volpi, «un premio significativo para mí al ser europeo… e italiano». El actor de Hampshire sonríe por estar casado con una bellísima italiana, Livia Giugggioli, madre de sus dos hijos Luca y Mateo -el actor tuvo otro, William Joseph, con Meg Tilly, su coprotagonista en «Valmont» (Milos Forman, 1989)-. Desde Venecia, ha cosechado sucesivas nominaciones a otros premios: el Screen Actors Guild y el Globo de Oro. Su nombre suena entre los potenciales aspirantes al Oscar (que se conocerán mañana hacia las 14:30 hora española), pero es algo que «no me quita el sueño».

Colin Andrew Firth (Grayshott, Hampshire, 1960) cumplirá el 10 de septiembre 50 años. Con un físico imponente, en «Un hombre soltero» tuvo que rodar arriesgadas escenas desnudo. «Cuando vas cumpliendo cierta edad te preguntas cómo vas a rodar esas escenas sin hacer el ridículo u horrorizar al público. Puede convertirse en uno de los momentos más bochornosos en la carrera de un actor. Verdaderamente, me complace cumplir años, por la esperanza que supone que no me pidan ya muchas escenas de éstas más». (Risas)

Firth está satisfecho con su edad y apariencia: «ya necesito gafas, mi pelo es más fino y se cae más y engordo con facilidad, costándome más perder el sobrepeso. Pero tengo hijos fabulosos, una mujer que se ha convertido en mi coproductora, amigos y colegas leales. He sufrido crisis vitales, como todo el mundo. Trato de que no me hundan y me ayuden a crecer como ser humano. Sé que es mucho pedir». La pregunta inevitable desde que en «Otro país» («Another Country», Mariek Kanievska, 1984) fue Tommy Judd, un joven homosexual con un gran futuro como espía. Recientemente, ha repetido rol gay en «Where The Truth Lies» (Atom Egoyan, 2006) y «Mamma Mia!» (2008). «¿Se me considera un icono gay? Déjeme decirle que a mi edad, es positivo ser considerado icono…de algo». (Risas)

El actor quiere, en deferencia a sus amigos holandeses, compartir finalmente una anécdota de cuando rodó para televisión la comedia «Dutch Girls» («Chicas holandesas», Giles Foster) en 1985, junto a Timothy Spall. Firth interpretaba a un joven miembro de un club de hockey inglés -con un nombre muy cómico, Neil Truelove-, que viajaba a los Países Bajos para ver los cuadros de Van Gogh y yacer bíblicamente con alguna nativa. Lo logra con la bella Romelia (Gusta Gerritsen) durante una noche de discoteca. «Lo mejor de mi personaje era que tenía un conflicto moral y trataba de superar la adolescencia. Creo que estuve bastante bien. Porque cuando finalizó el rodaje, un miembro del equipo, que era abiertamente gay, me dió inopinadamente un beso en la boca.» (Carcajada). Quizá por eso, los besos entre Firth y Matthew Goode son tan de verdad en «un hombre soltero».

En el inmediato futuro, veremos a Firth como el atractivo señor Brown en la secuela de «Nanny McPhee», junto a la imprescindible Emma Thompson. Y también, en una película muy esperada en la que será el rey Jorge VI, «The King’s Speech», de Tom Hooper. En el drama histórico, Firth es un rey con problemas de habla, que trata de superar con la ayuda de un logopeda, Lionel Logue, interpretado por el siempre espléndido Geoffrey Rush. En el reparto, Helena Bonham Carter, como la reina, Guy Pearce en el rol de Eduardo VIII, sir Derek Jacobi como el doctor Cosmo Lang, y una antigua novia del propio actor, la delicada Jennifer Ehle.

El Festival Internacional de Cine de Rotterdam finaliza el próximo domingo, 7 de febrero.