«El CUARTETO», SU DEBUT COMO DIRECTOR, PONE PUNTO Y FINAL A NUEVE DÍAS DE CINE Y GLAMOUR

Dustin Hoffman, quinto Premio Donostia del Festival de San sebastián, clausura el certamen en la noche de este sábado 29. Los premios no se conocerán hasta la gala de clausura, que finalizará con «El cuarteto», el debut de Hoffman como director, que podrá así punto final a nuevce días de cine y glamour. En la mañana de este sábado, Hoffman ha ofrecido una animada y divertida rueda de prensa, acompañado de uno de los intérpretes de la película, Billy Connolly.

El cineasta ha asegurado que ponerse tras las cámaras para dirigir su primera película ha sido «un gran placer» y ha expresado que «quizá» haya sido «la mejor experiencia que jamás ha tenido en el cine». El interprete estadounidense, de 75 años, ha señalado sentirse «encantado» de haber superado «algunos demonios» que hasta el momento no le habían permitido llevar a cabo esta tarea.
Dustin Hoffman, intérprete de míticas películas como «El graduado», «Midnight Cowboy», «Tootsie» o «Kramer contra Kramer» ha contado en su debut como director con un elenco integrado por Maggie Smith, Tom Courtenay, Pauline Collins, Michael Gambon o el citado Connolly. Hoffman no interviene como actor.
«El cuarteto» transcurre en Beecham House, una residencia para cantantes de ópera retirados en la que el trío formado por Reggie, Wilf y Cissie organiza cada año un concierto para celebrar el cumpleaños de Giuseppe Verdi. La plácida vida de la residencia se verá alterada cuando llegue como nueva huésped la ex mujer de Reggie, Jean, que en el pasado cantó con ellos, pero luego se separó para seguir una carrera solista. La pregunta ahora es: ¿aceptará ella formar un cuarteto con ellos para actuar en el concierto? ¿Puede el tiempo curar viejas heridas?
Dustin Hoffman ha afirmado que ha querido «dirigir películas durante muchísimos años, pero si hubiese empezado en el cine como director habría sido un fracaso como actor. es como las personas que se casan muchas veces y solo al final aciertan. esto es lo que me ha ocurrido con la dirección. Es algo que he encontrado después de muchos fallos. Pero he tenido mucha suerte porque durante muchos años he podido interpretar el papel principal de los filmes que me ofrecían, que han sido bastante variados. Sin embargoe cuando se alcanza mi edad en esta industria los personajes suelen ser ya bidimensionales».
Hoffman ha explicado que «El cuarteto» quiere reflejar que «no te mueres hasta que estas muerto. La vida puede suponer un juego que puedes tener con Dios, en el que le dices: no pienses que vas a poder conmigo en este momento, no me puedes parar. Ser humano es una experiencia muy interesante porque eres una persona diferente a lo largo de la vida y si miras hacia atrás es como una película».
La película quiere aportar también algo positivo, la idea de que «se puede encontrar una salida ante el difícil momento que estamos viviendo». En ese sentido, ha destacado que «estamos aquí temporalmente. Todos queremos ser inmortales para que nos recuerden, pero la inmortalidad no es solamente el éxito, y lo que realmente queremos es que nos recuerden nuestros seres queridos», ha asegurado.
«El cuarteto» cuenta con verdaderos cantantes de ópera como extras, que tienen entre 70 y 80 años. Hoffman ha subrayado que la «energía de estas personas fue lo mejor de todo el rodaje, ya que se trata de gente que todavía puede interpretar y a los que la cultura ha olvidado», añadiendo que «todos creemos que somos modernos porque todas las épocas lo han sentido, pero dentro de unos años no será así».
El actor y director ha recordado que «he pasado toda mi vida intentado entender la interpretación. Mi tarea de director ha consistido en evitar los «errores constantes que han cometido algunos realizadores con los que ha trabajado». Al tiempo ha recalcado que «si algo no funciona no es culpa del actor, es la escena la que tiene que reajustarse para que el actor se sienta cómodo».
La película es una exquisita delicia, que combina temas como la vejez, la fama, la nostalgia y las relaciones humanas. Una historia a contracorriente, plagada de música clásica, que muestra como la vida después de los 60 puede ser muy interesante.