UNA METÁFORA DE LA CONDICIÓN HUMANA QUE DIRIGE CORINA FIORILLO

La pieza de Fernando Arrabal se representa en el escenario de las Naves del Español, Matadero Madrid por el mismo equipo que hizo el exitoso montaje de la Sala Cunill Cabanellas del Teatro San Martín de Buenos Aires el pasado mes de junio. La dirección del espectáculo corre a cargo de Corina Fiorillo y el reparto está integrado por Fernando Albizu y Alberto Jiménez en los papeles del emperador y el arquitecto respectivamente.

La música original y el diseño sonoro llevan la firma de Rony Keselman, la iluminación ha sido realizada por Soledad Ianni, el diseño de vestuario es obra de Gabriela A. Fernández y la escenografía cuenta con el sello de Norberto Laino.

A través de la poesía, del humor y del absurdo, en una isla desierta, un arquitecto que apenas sabe hablar y un emperador asirio caido del cielo, intercambian personalidades y roles, hasta que un día el emperador le pide al arquitecto que le devore a su muerte.

La obra de Fernando Arrabal, escrita hace casi cincuenta años, es una metáfora de una sociedad en la que parecen haber desaparecido valores como la sabiduría o la justicia. Por el contrario, muchos se empeñan en repetir una y otra vez los mismos errores. El resultado es un texto que apuesta por la poesía, el humor y el absurdo para mirar de frente a la esencia del ser humano.

«El arquitecto y el emperador de Asiria», montaje coproducido por el Centro Teatral de Buenos Aires y el Teatro Español de Madrid, se representa en la Sala Max Aub de las Naves del Matadero Madrid hasta el próximo 1 de noviembre.

La obra es una de las representativas de Fernando Arrabal, representada en todo el mundo mientras que en España permanecía censurada por el franquismo. Su entreno espsañol se produjo en 1976, una vez desaparecido el dictador, interpretada por Adolfo Marsillach y José María Prada.