Un drama de holocausto y venganza sobre el dolor de una mentira mantenida durante décadas

Dame Helen Mirren nos ha acostumbrado a retratos femeninos de fortaleza, obstinación, coraje y feminidad. En «The Debt» («La deuda») vuelve a rizar el rizo, si cabe. En este drama de holocausto y venganza es Rachel Singer, una joven judía alemana cuya familia fue masacrada en el campo de concentración de Birkenau, se alista en el Mossad israelí y, con dos agentes, trata de dar caza al carnicero Doctor Vogel, el cirujano nazi responsable de cientos de miles de muertes, experimentos científicos horribles y mutilaciones bestiales.

Detrás del guión de la película de John Madden («Shakespeare enamorado», «La mandolina del capitán Corelli») dos nombres potentes: el director Matthew Vaughan, casado con Claudia Schiffer y director de «Kick Ass», «Layer Cake» y la precuela de «X Men» y Jane Goldman, guionista de «Kick Ass» y casada con la estrella de la BBC Jonathan Ross. Nombres con garantía de calidad. Y el de una dame Helen Mirren con todas las arrugas en su rostro, huellas de una vida experimentada en plenitud, con una tremenda cicatriz cruzándole el rostro y en su mirada, el dolor de una mentira mantenida durante décadas.

La acción se retrotrae a 1965, cuando tres jóvenes agentes del Mossad -Rachel, David y Stefan- empeñan sus vidas para capturar para el Estado de Israel al «carnicero de Birkenau», el doctor Vogel, y llevarle a juicio público para que las atrocidades nazis sean conocidas. Rachel es la más preparada y debe realizar los mayores sacrificios, sin pestanear. Stefan (Marton Csokas) siente la atracción sexual y David (un Sam Worthington finalmente vestido de civil y en un rol agradecido lejos de «peplums» en 3D), el amor verdadero. Pero el deber llama.

La caza del nazi es ardua, un error para salvar a Rachel les deja al cuidado del monstruo y cuando este escapa, ella le dispara, abatiendole en las calles de Berlín la noche de final de año. De regreso en el presente, Rachel es honrada por Israel como una heroína, su hija Sarah ha escrito las memorias (desmemoriadas) maternas, el ex marido Stefan (Tom Wilkinson) esta confinado en una silla de ruedas y el enfermo David (Ciaran Hinds) se suicida sin razón aparente. Solo Rachel sabe lo que le ha lanzado a la muerte: la mentira que los tres sepultaron durante tres decadas: Vogel no murió. Logró escapar y emerge en un psiquiátrico de Kiev, en Ucrania, amenazando contar la verdad.

Rachel sabe que esta en deuda con la Historia y que debe de reparar su error, aunque delicada y con una edad avanzada. El ruso de los ancestros de Ilyena Lydia Vasilievna Mironov (dame Helen Mirren) le sirven para las últimas y muy dramaticas secuencias en Kiev. Singer venga a David, a las víctimas del carnicero de Birkenau y sobre todo, a su mala conciencia. De nuevo Mirren derrocha verdad, dolor, resonancia y profundidad. Un trabajo el de «The Debt» que nos hace perdonarla el desliz de «Love Ranch», de su marido Taylor Hackford que, en vista de su pésima calidad, ha ido directamente a DVD. En Deauville, la eximia actriz ha hallado, de alguna forma, el perdón a ese «pecadillo» cinematográfico.