En el María Guerrero se Madrid se celebrará este lunes 5 de noviembre la lectura de una obra de Jerónimo López Mozo

Este lunes, 5 de noviembre, a las 20.00 horas, se leerá en el Teatro María Guerrero de Madrid la obra «Bajo los rascacielos”, de Jerónimo López Mozo, un veterano dramaturgo. Un gran autor. La dirección es de Félix Estaire. El acto está organizado por el Centro Dramático Nacional (CDN). Un encuentro con el teatro de este autor infatigable, asiduo a los estrenos madrileños.

Jerónimo López Mozo es un viejo luchador del teatro. Comenzó a escribir, de muy joven, en la agonía del franquismo. En gran medida, cuando el Régimen se hizo más peligroso bajo una mueca falsa de cierta apertura. López Mozo se topó con la censura, con una permanente e inagotable persecución de su obra. Prácticamente todos sus textos fueron prohibidos. López Mozo, entre otras cosas, escribía contra las guerras y contra la pena de muerte. Recuerdo un interesantísimo texto suyo, que leí en 1978 –o sea ayer- titulado «Crap, fábrica de municiones”. Una obra fascinante, bañada en vanguardia, que clamaba contra las guerras. Y otro libro lleno de hermosa teoría teatral: «Teatro de barrio, teatro campesino”. Creo recordar que aquel texto trataba, entre otras cosas, sobre el Teatro Lebrijano, que llevaba mucha Andalucía dentro, y que López Mozo me comentó cuando entonces que muy pocos grupos o compañías profesionales de teatro iban a conectar de una manera tan honda con la gente del campo y del Sur como lo hacía el Teatro Lebrijano.

López Mozo era –imagino que sigue siendo- un hombre sosegado en la palabra y en las formas, pero tremendamente combativo con las ideas y con el teatro. Jerónimo –hay que decirlo rápidamente- es, sobre todo, un gran dramaturgo. Un dramaturgo extraordinario. Trabajó durante casi toda su vida como viajante de comercio. Pero no era Willy Loman. En su maleta no llevaba unas elegantes medias negras para regalarlas a una chica de pub de carretera, sino unos textos de teatro furioso que pretendían cambiar la vida. Aquella profesión de viajante le proporcionó una absoluta libertad intelectual.

En algún momento habrá que detenerse con pausa para saber el motivo por el que la democracia ignoró el teatro de toda una generación, los llamados ‘Nuevos Autores’, que tanto contribuyeron con sus ideas a la llegada de las libertades. Entre ellos, López Mozo. O Luis Matilla, junto al que Jerónimo escribió otro texto sensacional: «Como reses”. Este lunes en el teatro María Guerrero de Madrid se celebrará la lectura de «Bajo los rascacielos”, una de las últimas obras escritas por Jerónimo. Un encuentro con el teatro de este autor infatigable, asiduo a los estrenos madrileños. Pero algo se torció peligrosamente durante la Transición, algo muy importante no ha funcionado en la Cultura de la democracia española, para que las obras de Jerónimo López Mozo sigan teniendo cierto perfil de clandestinidad. Y eso es muy grave.