El intérprete había cumplido 80 años el pasado noviembre

El popular actor Fernando Guillén ha fallecido en Madrid a los 80 años. Uno de los nombres más populares del cine, el teatro y la televisión en España, y padre de los también actores Fernando Guillén Cuervo y Cayetana Guillén Cuevo, trabajó con todos los frandes de nuestro cine, desde Fernán Gómez a Pedro Almodóvar.

Fernando Gallego Guillén, que nació en Barcelona a principios de los años treinta, abandonó en su juventud la carrera de Derecho para dedicarse al teatro. Formado en las tablas, le resultó muy complicado, en un primer momento, acceder a papeles en la gran pantalla, por lo que se centró en el medio escénico, donde alcanzó prestigio interpretando obras con empeño, a la vez que se convirtió en uno de los galanes más cotizados de la televisión en los años cincuenta y sesenta. Antes de ese éxito también había deseado con ahínco ser realizador, lo que le motivó a matricularse, sin contar con la edad reglamentaria, en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC). Un actor hecho a sí mismo, que iniciado en el Teatro Español Universitario, fue abandonando distintas vocaciones para dedicarse a la interpretación con mayúsculas. Sin despreciar ningún medio artístico, participó en más de cien títulos de nuestro cine y se casó con Gemma Cuervo, con la que tuvo tres hijos, de los que dos han seguido sus pasos y han dado pie a la saga actoral de los Guillén Cuervo.
Fernando Fernán Gómez, en su faceta de director, le dio una de sus primeras oportunidades en el mundo del celuloide para interpretar a Rafael en «El mundo sigue», historia en la que Luisita era una jovencísima Gemma Cuervo. Antes había aparecido en «Un día perdido», «La frontera del miedo», y «Búsqueme a esa chica», entre otras. Sería en los años ochenta, cuando definido como un actor de carácter, encontró su sitio participando en filmes como «El caso Almería», de Pedro Costa, o «El pico 2», de Eloy de la Iglesia.
Poseedor de una voz muy particular, Guillén trabajó a las órdenes de Pedro Almodóvar en «Mujeres al borde de un ataque de nervios», donde curiosamente interpretaba a un actor de doblaje, amante y marido de dos mujeres encarnadas en Carmen Maura y Julieta Serrano. También fue fichado por el realizador manchego para «La ley del deseo» y «Todo sobre mi madre»; por Carlos Saura en «La noche oscura»; por Eduard Cortés en «Otros días vendrán»; y por José Luis Garci en «El abuelo», historia en la que interpretaba al alcalde de Jerusa y que le permitió coincidir en los títulos de crédito con su hija Cayetana.
Otro de sus vástagos, Fernando, le dirigió junto a Karra Elejalde en «Año Mariano». Algunas de las historias que completan su filmografía son «La decente», «Obsesión», «Memorias del general Escobar», «La estanquera de Vallecas», «Luna negra», «La punyalada», «El invierno en Lisboa», «Martes de carnaval», «Acción mutante», «¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?», «El amante bilingüe», «Tirano Banderas», «Más allá del jardín», «Sobreviviré», «You’re the one (una historia de entonces)», «Los abajo firmantes», «Fuga de cerebros»… Su última actuación en la gran pantalla fue junto a Asunción Balaguer en un cortometraje –»Luisa no está en casa», de Celia Rico Clavelino–.
Optó al Goya en tres ocasiones y ganó el galardón a la Mejor Interpretación Masculina Protagonista en 1991 por un filme de Gonzalo Suárez, «Don Juan en los infiernos». No fue el único galardón recibido en una carrera que se extendió por más de cincuenta años: recogió la Medalla de Honor del Círculo de Escritores Cinematográficos, el Premio Sant Jordi de Cine, la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes, el TP de Oro, el Fotogramas de Plata, el Actúa… así como recibió diferentes homenajes en diversos festivales cinematográficos localizados a lo largo y ancho de nuestra geografía.
Paralelamente siempre desarrolló una amplia carrera en televisión, medio en el que participó en un sinfín de títulos, entre los que destacan «Diego Acevedo», «El crimen no es rentable», «La pequeña comedia», «Habitación 508», «Historias para no dormir», «La risa española», «La saga de los Rius», «Brigada central», «Los jinetes del alba», «Hospital Central», «Motivos personales», y «Los misterios de Laura».
Fernando Guillén, que «no se consideraba una estrella rutilante, pero sí un buen actor”, anunció su retirada del teatro en 2008 para centrarse en otros trabajos. Sobre este hecho comentó en una entrevista publicada en la revista Actúa de AISGE que «el teatro no se puede tomar a la ligera; hay que estar en plenas facultades para hacer. Al espectador no hay que engañarlo. De modo que El vals del adiós, un monólogo de Louis Aragon sobre la vida y la muerte me pareció un hermoso broche”.