Las relaciones sexuales, la religión y la soledad fueron los temas recurrentes de su filmografía

La cineasta belga Chantal Akerman ha fallecido en París a los 65 años de edad. Akerman nació en 1950 en Bruselas y en su filmografía destacan títulos como «Un diván en Nueva York» (1996), «Jeanne Dielman, 23, quai du commerce, 1080 Bruxelles» (1975) o «La cautiva» (2000), protagonizada por Stanislas Merhar y Sylvie Testud y basada en la obra «La Prisonnière», de Marcel Proust.

Las relaciones sexuales, la religión y la soledad fueron los temas recurrentes de una filmografía caracterizada por la rigidez de su puesta en escena y por un estilo personal más allá de cualquier moda cinematográfica. Un cine complejo marcado por su militancia feminista y que no cedía a concesiones ni formales ni temáticas.

La artista, originaria de una familia judía, que nació en Bruselas y vivió en París y Nueva York, dirigió este año la película «No Home Movie», que aún no ha sido estrenada, en la que cuenta la llegada de su madre a Bélgica en tras huir de Polonia.

Akerman probó diversos género cinematográficos como la comedia musical, con «Golden Eighties» (1986), la comedia romántica «Un divan à New York» («Romance en Nueva York», 1996), con Juliette Binoche y William Hurt, o historias de amor más intimistas en «Nuit et jour».

También destacó como documentalista, con trabajos como D’Est (1993) sobre la vida en el este de Europa tras la desaparición de la Unión Soviética; Sud (1999), sobre el racismo en Estados Unidos, o De l’autre côté (2002), centrado en los mexicanos que cruzan ilegalmente la frontera con Estados Unidos.

Participó en la sección oficial del Festival de Berlín en 1989 con «Histoires d’Amérique» y en la de Venecia en 1991 con «Nuit et jour», además de conseguir una nominación a los César del cine francés por su documental «Là-bas» (2006). En el 2004 Akerman recibió la Medalla Fellini de la Unesco por su contribución a la difusión y al respeto de la diversidad cultural.