El director japonés indica que está muy agradecido de asistir al Festival de San Sebastián, aunque solo está en la mitad de su carrera

En la noche de este domingo 23 el Teatro Victoria Eugenia ha acogido la entrega del segundo de los Premios Donostia del Festival de San Sebastián al director japonés Hirokazu Kore Eda. La gala de entrega comenzó con un repaso a todos los ganadores anteriores. A continuación José Luis Rebordinos, director del certamen ha recordado la presencia en otras ocasiones de Hirokazu Kore-eda, cuyo obra ha descrito como «un cine que va de la cabeza al corazón, que apela a los sentimientos, pues es una persona muy humilde y generosa que ya es nuestro amigo».

Rebordinos ha contextualizado la entrega del galardón al cineasta japonés más allá del glamour. «Este año ha ganado en el festival de Cannes y queríamos que tuviera un año redondo, por eso pensamos en el director de ese certamen para darle el premio», ha explicado. Así ha sido Thierry Frémaux, director del Festival de Cannes, el encargado de presentar al cineasta japonés y expresar su cariño al certamen donostiarra. «Este es un festival al que amo, después del mío (risas). Hay un amor y una pasión por el cine aquí y el Zinemaldia es una prueba de que está muy vivo», ha dicho. Sobre Kore-eda ha señalado que «es uno de los directores más importantes de ahora, pero también de la historia del cine japonés y mundial. Nunca es demasiado temprano para decir que un cineasta es importante, no hay que esperar a que sea mayor aunque aún tiene mucho futuro y presenta hoy aquí una obra maestra».

Hirokazu Kore-eda es el primer realizador asiático que recibe el galardón honorífico más importante del Festival de Cine de San Sebastián, donde presenta su última película, «Un asunto de familia», que fue la Palma de Oro de Cannes. Tras recibir el trofeo de manos de Frémaux ha señalado que le parece «un poco temprano» recibir un premio a toda su carrera. Muy emocionado y con lágrimas a punto de brotar de sus ojos, ha explicado que era para él un momento «muy feliz y emotivo, pero también muy triste, pues hace dos años vine con Kirin Kiki, una actriz que acaba de fallecer».

Kore-eda ha agrecido el premio a un Zinemaldia «en el que siempre me han tratado muy bien; cada vez que vuelvo hay más personas de mi equipo deseando venir aquí conmigo». También ha elogiado al público donostiarra, «es uno de los alicientes que tengo para seguir haciendo películas. La relación de estos diez años entre yo y este festival es muy especial. Es una gran motivación para los directores y por eso estoy muy agradecido a las dos personas que tengo aquí a mi lado hoy».

El cineasta ha concluído su discurso señalando que considera que su carrera «está aún a la mitad, pero estoy muy agradecido aunque soy consciente de que no me lo volverán a dar en mi vida», ha dicho entre risas.