LA ACADEMIA DE CINE LA NOMBRA ACADÉMICA DE HONOR

María Isbert, hija de José Isbert y madre de los también actores Tony Isbert y Carlos Ysbert, debutó en el teatro en 1939. Su primera película llegó en 1944 con «La vida empieza a medianoche», dirigida por Juan de Orduña.
Toni Isbert presentará este lunes día 10 el homenaje a su madre, en el que posteriormente se proyectará un vídeo que recoge algunos de los momentos más importantes de su vida y su carrera. Posteriormente, destacadas personalidades del mundo del cine compartirán con los invitados diferentes experiencias que han vivido con María Isbert. Unas palabras de la Presidenta de la Academia, Ángeles González-Sinde, y de la propia María Isbert, cerrarán este encuentro.
Conocida al principio como Maruja, María Isbert ha desarrollado una extensa carrera como actriz secundaria apoyándose en un físico particular que le valió durante años papeles cómicos de chacha («Un hombre de negocios», Luis Lucia, 1945) o de solterona («Botón de ancla», Ramón Torrado, 1947). En varias ocasiones abandonó el cine para volver al teatro, donde comenzara en plena Guerra Civil junto a su padre, el inolvidable José Isbert, con «El refugio», única obra de Muñoz Seca representada en zona republicana.
Su mayor triunfo escénico llegaría casi medio siglo después, al interpretar dos mil veces uno de los principales personajes de «Milagro en Londres» (J. M.ª Bellido). También ha participado con frecuencia en televisión tanto en español («La casa de los Martínez», «Celia») como en inglés («El Cid»), pues habla con fluidez varios idiomas, habiendo adaptado también para ese medio distintas obras cortas extranjeras y escrito una propia original.
Dueña de un particular sentido del humor, cada día más próximo al paterno, ha sido figura destacada en los repartos de casi ciento veinte películas, algunas tan importantes como «El cochecito» (Marco Ferrari, 1960), «Viridiana» (Luis Buñuel, 1961) o «El verdugo» (Luis García Berlanga, 1963). La mayoría de ellas puede encuadrarse en un amplio e indefinible campo de la comedia española, desde la primera, «La vida empieza a medianoche» (Juan. de Orduña), 1944), a la última, «R2 y el caso del cadáver sin cabeza» (Álvaro Saénz de Heredia 2005), pasando por «Recluta con niño» (Pedro Luis Ramírez, 1955) o «La guerra de papá» (Antonio Mercero, 1977).
Pero también ha aparecido en filmes sociales, «Réquiem por un campesino español» (Françesc Betriú, 1985); policíacos, «Una mujer cualquiera» (Rafael Gil 1949); literarios, «Tormento» (Pedro Olea, 1974); religiosos, «Sor Intrépida» (R. Giol, 1952); nostálgicos, «Mi calle» (Edgar Neville, 1960), o incluso musicales, «Un, dos, tres, al escondite inglés» (Iván Zulueta, 1969), donde incorporaba a un personaje llamado, en honor suyo, Ysberta.