El cineasta habla de «Invictus» en una visita promocional en Londres

Y las buenas noticias cruzaron el océano: el actor de «El bueno, el feo y el malo» supo que los norteamericanos le habían votado la estrella de cine de la nación, desbancando a Denzel Washington, quien había liderado la primera posición del Sondeo Harris durante los últimos tres años. Y aunque para muchos su película de 2008 «Gran Torino» fue su despedida, la formidable «Invictus» y esta elección confirman que a los 79, no piensa en dimitir de absolutamente nada. Curiosamente, cada una de las diez estrellas elegidas superan los 40 años, así que la edad ya no es una barrera.

Y si no, comprobar que en la séptima posición continúa John Wayne, que aunque abandonó el planeta en 1979, sigue siendo votado. de estar vivo, el «Duque» habría coplado 102 velitas en la tarta de cumpleaños. Eastwood soplará 80 el próximo 31 de mayo. El sondeo Harris recibió las votaciones de 2.276 ciudadanos estadounidenses entre los días 7 al 14 de diciembre de 2009.

Y ya en la alfombra roja de la plaza Leicester Square, en el corazón de Londres, el actor conocido como Harry el Sucio paseó a sus cuatro mujeres de tres generaciones, mientras que Freeman, para acallar el escándalo que le ha relacionado con la nieta de su primera mujer, menor de edad, se hizo acompañar de Lori McCready, productora del filme. Damon, que cumplirá este año 40 y estrena en marzo «Distrito protegido», una de la guerra de Irak en la que le ha vuelto a dirigir Paul Greengrass (la trilogía del agente amnésico Bourne), acudió con su mujer Luciana.

En la rueda de prensa, Clint Eastwood confesó seguir sin saber nada de rugby, «aunque estuve acudiendo a diversos campeonatos universitarios que enfrentaron a varios equipos punteros de las Universidades californianas». Admitió que no quería dobles ni efectos especiales, sino «pura y limpia competición: «Creo que en la película se ve la batalla que se produce en el campo. Brutal y sin paliativos».

Eastwood quiso definir el secreto de la grandeza de Nelson Mandela: «su gran don es la capacidad que ha tenido de unir a un país fracturado, dividido. Pudo perdonar a sus verdugos y torturadores, unir a los más feroces enemigos, invitar a enterrar los más feroces rencores y deseos de venganza. Es un político de fecunda imaginación. Supo que el rugby sería una herramienta de unión. Cualquier otro político más anodino y en un país al borde de la guerra civil… hubiera pensado en una solución militar. Echo mucho de menos en nuestros días a políticos capaces de tanta grandeza». y también reveló el arma secreta del surafricano que sobrevivió 27 años en prisión: «su sonrisa, tiene millones de watios. Es la sonrisa del millón de dólares».

Siguió el director: «Mandela tuvo muchos años para forjar su carácter y su plan. Es un hombre único que siempre supo que frente a él habría una enorme tarea y tenía que estar preparado. ha dado una lección al mundo. Cuando fue elegido, la gran sorpresa fue su capacidad de perdón y cómo supo unificar un país al borde del abismo. Y no utilizó el miedo, un arma muy peligrosa». «Estuvo un par de días en el plató. Cuando llegaba, una ola de calidez le antecedía. Usaba su humor y honestidad, seducía a todo aquel al que miraba. Creo que pudo mantener su pureza y fortaleza porque jamás perdió su esperanza, porque no permitió que onquistaran su alma, porque jamás dejó de ser quien quiso ser».

Antes que la viera nadie, Eastwood -un hombre muy familiar que tiene siete hijos con cinco mujeres y dos nietos- organizó un pase privado para Mandela y su familia. ¿Cuál fue su reacción? El director: «no dijo nada, es un hombre de grandes y preñados silencios. Ni un gesto, ni levantó los pulgares. Tan sólo movía su cabeza, asintiendo». Y también explicó el orígen del título: «Lo tomamos de uno de los poemas favoritos de Mandela, perteneciente el poeta inglés William Ernest Henley: «soy el maestro de mi destino, el capitán de mi alma». Mandela siempre me dijo que esas palabras eran las que le daban fuerza en prisión».