LA SEDE DE LA COMUNIDAD DE MADRID ACOGE LA CELEBRACIÓN DE LOS CANDIDATOS A LOS PREMIOS DE LA ACADEMIA DE CINE

Los nominados a la 26 edición de los premios Goya han acudido esta noche a la fiesta que los precede. La protagonista de la noche ha sido Josefina Molina, que ha recibido el Goya de honor por su carrera cinematográfica.
Enrique González Macho, presidente de la Academia de Cine, ha ejercido de anfitrión y ha transmitido un mensaje de valentía a «la caballería e infantería» del cine español: «El cine es difícil, es duro, se avecinan tiempos probablemente más duros, pero es maravilloso. Estáis ahí, sois los que habéis llegado a la final. Habrá unos vencedores, pero os aseguro que no habrá perdedores», ha asegurado, antes de hacer entrega del Goya de Honor a la directora Josefina Molina.

Minutos antes, se habían ido acercando los protagonistas de la noche. Mateo Gil, director de «Blackthorn», había sido uno de los primeros en aparecer, recién salido de la cama por culpa de una anginas, pero aún así exultante por las once candidaturas de su película, la gran sorpresa de esta edición. «Para mí ir a la gala ya es un trago y este año no puedo escaquearme», ha dicho, recordando que si bien normalmente estaba nominado como guionista de Amenábar y no acudía a la ceremonia, este año es responsable absoluto del alabado filme.

Tras él, un novato en el cine pero veterano en popularidad, José Mota, que ha confirmado que su compañera en «La chispa de la vida», Salma Hayek, sí acudirá a la gala de los Goya. Luis Tosar, candidato por «Mientras duermes», ha asegurado que, incluso el día de los premios, estará relajado. «Este año voy mas tranquilo a los Goya, hay un favorito bastante claro», refiriéndose a José Coronado, por «No habrá paz para los malvados». Tosar se ríe cuando se le compara con Meryl Streep por su asiduidad a los galardones, y es, precisamente, el actor favorito de Coronado; el protagonista de «No habrá paz para los malvados», visiblemente más nervioso, se ha quedado sin palabras cuando se le ha dado por ganador por su carismático papel. «Hay cuatro trabajos estupendos, los actores son impresionantes y estar nominado con Luis Tosar es un sueño. Si viene algo más, perfecto» ha explicado orgulloso de este personaje que «habla poco, todo lo dice con los silencios y las miradas».

Enrique Urbizu, que ya le convirtió en finalista por «La caja 507», es quien le ha dado la oportunidad como protagonista. Y su cinta es, con catorce nominaciones y el favor de la crítica, la que promete plantarle cara a «La piel que habito», la más nominada, con dieciséis opciones a premio. «No quiero enfadar a Almodóvar», ha bromeado Urbizu. «Los finalistas son cuatro peliculones. Esto es una fiesta del cine español y gane quien gane hay que estar a gusto y celebrarlo», ha dicho el realizador vasco.

Elena Anaya, con un modelo de Miu Miu, es ya una experta en todo tipo de eventos de esta pretemporada de premios. Después de haber pasado por Cannes, Toronto, Nueva York y con el premio José María Forqué todavía calentito, la actriz sigue viendo «muchas capas» en la película por la que está nominada, «La piel que habito». «Estos días son muy bonitos, porque te encuentras con gente y porque una nominación es un regalo» y se arruga de modestia cuando le califican de favorita. «Existe un 25 por ciento de posibilidades, somos cuatro candidatas y quien se lo lleve será quien se lo merezca», dice ecuánime.

Finalmente, Josefina Molina ha recibido el Goya de Honor, el primero para una directora. Emocionada, con el busto del pintor aragonés entre sus brazos, la directora de «Esquilache» y la serie «Teresa de Jesús» ha dicho: «Aquí estoy, abrazada a las imperfecciones de mis obras, emocionada por la generosidad de la Academia y agradecida por este Goya de Honor. Conseguir esto cuesta mucho años, ya me veis».