EL CINEASTA MANCHEGO ACUDE CON TODAS SUS ACTRICES A LA CONFERENCIA DE PRENSA TRAS LA PROYECCIÓN DE LAS OCHO Y MEDIA DE LA MAÑANA

«Julieta», el último largometraje de Pedro Almodóvar exhala un perfume de misterio. Voluntariamente sobrio, este drama «puro» observa al personaje de Julieta, una protagonista habitada por la ausencia y obsesionada con el pasado. En la mañana de este 17 de mayo ha tenido su primera proyección en el Festival de Cannes entre grandes aplausos.

«Julieta» es la sexta película en Competición de Cannes del director tras «Todo sobre mi madre», Premio al mejor director en 1999, «La mala educación» (2004), «Volver», Premio al mejor guión y al conjunto de sus actrices en 2006, «Los abrazos rotos» (2009) y «La Piel que habito» (2011).

La película, que debía llamarse inicialmente «Silencio», se aleja de la labia madrileña para dejar lugar a los sobrentendidos, a través del personaje interpretado por Adriana Ugarte (Julieta en los años 80 tiene 25 años) y Emma Suàrez (la Julieta actual). Silencios encarnados por estas recién llegadas entre las «chicas Almodóvar», a las que el director español les ha impuesto una gran moderación.

Almodóvar explora de nuevo las relaciones entre madre e hija y rinde con «Julieta» un nuevo homenaje a la feminidad. En esta película de mujeres marcada por la dolorosa ausencia de la hija de la heroína, «el dolor se convierte en protagonista y el silencio es su acompañante», como subraya Emma Suárez acerca de su personaje. La fatalidad, la culpabilidad y el dolor de una madre imprimen el drama, en un registro grave que el madrileño explora como persona.

La mujer no solo da la vida, sino que también es más fuerte para afrontar, administrar, sufrir y apreciar todo lo que la vida aporta. Solo el azar es más fuerte que ella.

Este es el vigésimo largometraje del director, con nuevas musas pero también con algunas cómplices de siempre, como Rossy de Palma a la que, por una vez, le ha exigido austeridad.

«Julieta», que tiene su origen literario en tres de las novelas de la serie Runaway («Chance», «Soon» y «Silence») de la canadiense Alice Munro, reivindica su ausencia de humor y una banda sonora discreta.

«Yo soy fundamentalmente un ama de casa», ha dicho Pedro Almodóvar en la conferencia de prensa posterior a la proyección de las ocho y media de la mañana. Con es habitual el director ha aparecido rodeado de todas sus actrices, y de su hermano, Agustín Almodóvar, en un estremo de la mesa. La rueda de prensa ha sido divertida, técnica («soy un hijo del technicolor») y no Almodóvar ha evitado hablar de su aparición en los Papeles de Panamá: «Sólo puedo decir que, si los Papeles de Panamá fueran una película, mi hermano y yo sólo seríamos figurantes, nada más. Uno de los problemas es que en la prensa española nos han tratado como absolutos protagonistas. Si esto no te ha impedido ver y disfrutar la película, espero que así sea para todos».