Protagonizó «El mundo sigue» de Fernando Fernán Gómez en el cine e «Irma la dulce» o «La casa de las chivas» en el teatro

La actriz madrileña Lina Canalejas, protagonistas en películas como «El mundo sigue» o «La viudita naviera», falleció este pasado sábado 1 de septiembre en una residencia de Tres Cantos tras más de nueve años de lucha contra el cáncer. Concepción Álvarez Canalejas tenía 80 años, informa la entidad AISGE de la que era socia desde 1996.

La enfermedad había retirado a la actriz de los escenarios desde finales de los años 90, cuando se colocó por última vez delante de las cámaras para un pequeño papel en «Niño nadie» (1996), de José Luis Borau.
Hija del concertista de violín Manuel Álvarez Trigo y nieta del ilustre pianista y compositor Arturo Canalejas, la pequeña Concepción comenzó a dar sus primeros pasos como bailarina clásica en plena posguerra, allá por 1943, cuando apenas sumaba 11 años. Pronto se integró en la compañía cómica de Zori, Santos y Codeso para el estreno de «La blanca doble» (1947), que obtuvo en la época un éxito arrollador. La joven Canalejas combinaba los pasos de baile con alguna breve intervención, y los directores de la compañía no tardaron en descubrir su talento como actriz.
En «La vida en un bloc» (1952), dirigida por Ismael Merlo en el Teatro de la Comedia de Madrid, su nombre ya relucía en los carteles. A partir de ahí alternó las revistas («Las cuatro copas») con la comedia («Prohibido suicidarse en primavera», «Irma la dulce») o alguna incursión dramática («La casa de las chivas», 1970).
El cine no tardó en llamar a su puerta. Desde «Así es Madrid» (1953) y «Tres huchas para Oriente» (1954) tuvo oportunidad de trabajar en cerca de cincuenta títulos, entre ellos «La viudita naviera» (Luis Marquina, 1963), junto a Paquita Rico y Arturo Fernández; y la excelente «El mundo sigue» (1965), el tercer largometraje de Fernando Fernán-Gómez como director, película maldita por sus problemas con la censura, que hoy se considera una de las obras cumbres de su autor. En los 70 y 80 trabajó con Carlos Saura («La prima Sngélica») y Pedro Almodóvar («Entre tinieblas»)
«Era una mujer corajuda y de carácter muy fuerte», la recordaba esta mañana su hermano, el también actor José Canalejas, de 87 años, y único integrante de la familia que la sobrevive. «Lina era una actriz muy verdadera e intuitiva, de esas personas a las que el arte les sale de dentro», relataba José, que tras la posguerra hizo oposiciones para la Caja de Ahorros en Madrid pero no tardó en fundar un cuadro artístico. Lina Canalejas estaba viuda y no deja hijos.