UNA DENUNCIA SOBRE LAS HERIDAS FÍSICAS Y MORALES DE CUALQUIER CONTIENDA, EN EL TEATRO MARÍA GUERRERO DE MADRID

«La piel en llamas», un alegato contra los desastres de la guerra del que es autor Guillem Clua, que se desarrolla en una ciudad sin nombre pero que muy bien podría ser Sarajevo, Beirut, Bagdad o Saigón, llega al Teatro María Guerrero de Madrid, del Centro Dramático Nacional, de la mano del director José Luis Arellano.

Con José Luis Alcobendas, Helena castañeda, Chani Martín y Marina Seresesky integrando el elenco, la función desarrolla el horror a que se ve sometidos los habitantes de una ciudad en guerra. Frederick Salomon, un fotoperiodista que consiguió la fama al capturar la imagen de una niña volando por los aires como consecuencia de una explosión, vuelve al país donde veinte años antes había tomado la conocida fotografía. Vuelve allí para recoger un premio, ya que muchos lo consideran clave en los recientes esfuerzos para conseguir la paz en el problemático país, pero una periodista local, Hanna, no está de acuerdo. Mientras la mujer entrevista a Salomon en una habitación de hotel, ambos debaten y cuestionan el papel de Naciones Unidas en su relación con los países del Tercer Mundo, el merchandising de las imágenes violentas y, por encima de todo, qué ocurrió exactamente el día fatídico en el que se tomó la foto.
Simultáneamente, en el mismo espacio teatral tiene lugar la historia de otra pareja. Pero ésta no es consciente de la presencia de la otra. El doctor Brown hace una visita de rutina a una mujer local, Ida, cuya hija está en coma en un hospital de la ciudad. Ida ofrece sus favores sexuales a cambio del tratamiento médico que puede salvar la vida de su hija o incluso, trasladarla a vivir a Occidente.
Las dos escenas contrapuestas de engaño y desesperación van tejiendo poco a poco un argumento que el público construye con los fragmentos que la guerra ha dejado tras de sí. ¿Quién era la niña de la fotografía? ¿Cómo cambió su vida, y la de su país, y la del mundo, aquella imagen? ¿Y qué resultados tendrán los horribles dilemas a los cuales se enfrentan todos los personajes?

La piel en llamas conduce a los espectadores en un viaje emocional e intelectual que se acaba convirtiendo en todo un reto, que les obliga a considerar y cuestionar la línea que divide a poderosos de necesitados.
«La piel en llamas» permanecerá en el escenario del Teatro María Guerrero de Madrid hasta el próximo 6 de mayo.