EL FILM, ÓPERA PRIMA DE OSKAR SANTOS, SE SUMA A «NACIDAS PARA SUFRIR», DE MIGUEL ALBALADEJO, QUE TAMBIÉN SE PRESENTARÁ EN ESE APARTADO DEL FESTIVAL DE BERLÍN

Protagonizada por Eduardo Noriega («El espinazo del diablo»), Belen Rueda («El orfanato») y la colombiana Angie Cepeda («Pantaleón y las visitadoras»), y escrita por Saniel Sánchez Arévalo («Gordos»), «El mal ajeno» narra la historia de Diego, un médico tan acostumbrado a manejar situaciones límite que se ha inmunizado ante el dolor de los demás. Se ha desconectado de su trabajo, de su pareja y de su compromiso como padre. Durante un inquietante encuentro, le amenazan con una pistola. Horas después sólo recuerda el sonido de una detonación y la extraña sensación de haber recibido algo más que un disparo. Diego deberá tomar una decisión irreversible que afectará a su propia vida y a la de sus seres queridos.
Oskar Santos, nacido en Bilbao hace 37 años, es amigo de Amenábar desde el tiempo en que ambos fueron compañeros de estudios. Dirigió el «making of» de su famosa «Mar adentro», y el realizador de «Los otros» le ha producido igualmente cortometrajes, hasta llegar a este primer largo. El propio Amenábar describe el filme como «Una película cuyo protagonista tiene un don maravilloso. Una historia que responde a emociones muy cercanas: el dolor físico y emocional». Por su parte su protagonista Eduardo Noriega habla del filme como «una historia tan emocionante y tan poderosa visualmente, que continuamente quieres saber más». «El mal ajeno» se estrenará el 30 abril en España.
Por su parte, «Nacidas para sufrir», que llegará a las pantallas españolas el 12 de febrero, es el octavo largometraje de Miguel Albaladejo, que reúne a Adriana Ozores, Petra Martínez, Malena Alterio, María Alfonsa Rosso, María Elena Flores, Marta Fernández-Muro y Sneha Mistri, y la colaboración especial de Mariola Fuentes, Jorge Calvo, Antonio Gamero y José María Sacristán. La película es la historia de Flora, de 72 años, una solterona de un pequeño pueblo que siempre ha estado al cuidado de sus familiares más ancianos. Su única hermana murió muy joven y le dejó tres sobrinas huerfanitas de las que también tuvo que ocuparse. Las tres sobrinas crecieron y se fueron del pueblo y ahora Flora está asustada porque llega el momento en tendrán cuidar de ella y teme que la lleven a la residencia donde trabaja una de ellas. Su única salvación es Purita, una joven que ha estado ayudándole en los últimos años a cuidar de sus ancianos parientes, y que es la única con la que siente en familia.