Mejor película, premio al mejor actor para su protagonista Carlos Álvarez Novoa y Premio FIPRESCI de la crítica internacional

«Las olas», ópera prima de ficción del director español Alberto Morais ha arrasado en los premios del Festival de Cine de Moscú, logrando el San Jorge de Oro, el máximo galardón del certamen. Así mismo, el principal protagonista de la cinta, Carlos Álvarez-Nóvoa, ha obtenido con el premio al mejor actor. La actriz británica, Geraldine Chaplin, que presidía el jurado, ha sido la encargada de anunciar la concesión de las distinciones. El filme español ha obtenido además el Premio Fipresci de la Crítica Internacional

«Las olas» es una historia de búsqueda y soledad con forma de road movie interior y exterior, en torno a un hombre octogenario, que se ha quedado viudo, que vive de unos recuerdos que nunca le han abandonado, que decide regresar al pueblo del Sur de Francia en el que, en su juventud, perdió demasiadas cosas. Un camino que lleva esperando sesenta años, desde Valencia hasta aquella última parada de miles de refugiados hace no demasiado tiempo.
Debut en el cine de ficción del director Alberto Morais, tras su ópera prima documental «Un lugar en el cine», «Las olas», aún no estrenada en España, cuenta con Carlos Álvarez Novoa (ganador del Goya al mejor actor revelación en 1999 por la película «Solas») como Miguel, el hombre que a sus más de ochenta años decide realizar un viaje en solitario en busca de su pasado, y Laila Marull como Blanca, la joven que le acompañará en una parte de su recorrido. El reparto se completa con Armando Aguirre y Sergio Caballero.
La película sigue a Miguel, que está viejo, le faltan reflejos y padece cierta narcolepsia. Después del funeral de su esposa pone en marcha los preparativos de un viaje largo tiempo esperado. Quiere volver a Argelès-sur-Mer, en el sur de Francia, un lugar donde perdió demasiadas cosas, casi todas irrecuperables; desde su compañera Emilia, hasta un modo de entender el mundo. Al despertar de uno de sus microsueños recibe la llamada de su hijo, que preocupado, quiere ir a por él. Esto precipita sus planes. Su viaje tiene como primera parada Zaragoza, lugar del que se fue hace tiempo y en el que vive su hijo, al cual nunca ha visitado. Una compañera accidental, Blanca, con la que vive una parte de su retorno a Argelès, hace despertar a Miguel. Aunque la relación con Blanca es fugaz, es suficiente para Miguel, que ya no está tan solo.
Alberto Morais, nacido en Valladolid en 1976, ha asegurado en Moscú pertenecer al bando republicano y que «pese a la ayuda entusiasta de la Brigadas Internacionales llegadas de la URSS, perdimos la guerra». El joven cineasta manifestó también que «las heridas de aquella contienda no han cicatrizado todavía» e ha hecho un llamamiento a la «recuperación de la memoria histórica».
En la película, Miguel, intentará contactar con su amigo Fernando, un compañero de fatigas, de juventud, que ya nada tiene que ver con él, al que acabará encontrando. Dos viejos que se enfrentaron al horror de manera diferente. Al final del camino, Miguel pasea por las calles de Argelès, un lugar que quizá no pueda dar respuesta a todas las preguntas que esta historia se hace.
Para Carlos Álvarez Novoa, esta película «es una historia honda, pero contada sin estridencias, como con sordina; de trazos claros, entonados en grises”, mientras que Laila Marull asegura que «en cuanto leí el guión supe que quería hacer la película: una historia tan profunda contada de manera tan sencilla, casi minimalista. Después, cuando conocí a Alberto y me habló del proyecto, confié plenamente en mi decisión”. Alberto Morais ha añadido que «Miguel transita por el presente, pero se muestra invocado por el pasado, el cual le absorbe para modificarle, y para modificar su entorno. El viaje se construye así a partir de dos movimientos, uno espacial en el presente, el periplo de Miguel en busca de preguntas que probablemente carecen de respuesta. Y por otra parte un viaje temporal, en el ámbito de la memoria, que quizá le modifique de un modo más perenne”.