«HUMPDAY» SE PRESENTA EN LA QUINCENA DE REALIZADORES DE CANNES

De entre los últimos subgeneros cinematográficos destaca el llamado «bromance», del que se acumulan títulos recientes, casi todos de la Factoria Judd Apatow («Virgen a los 40», «Forgetting Sarah Marshall», «Te quiero tio» y demás). Hasta la 62 edicion del Festival Internacional de Cine de Cannes se ha acercado una cineasta inusual, Lynn Shelton, una actriz, directora, editora y productora cuya última entrega, «Humpday», llegó ayer a Cannes en olor de multitud.

Así como en el teatro hizo «Arte», de Yasmina Reza, en «Humpday», Shelton explora la frágil psique del varón cuarentón, rama homo-estadounidense. Shelton, junto con Lee Daniels (director de otra cinta aclamada, «Precious»), han sido los máximos y más brillantes exponentes del reciente cine independiente norteamericano. Shelton ha erigido el film sobre tres formidables actores. Joshua Leonard (conocido por su participación en «El proyecto de la bruja de Blair», 1999), Mark Duplass (músico, actor y director) y Alicia Delmore. Ellos son el bohemio de pacotilla Andrew, recién llegado de México de no se sabe que derrotas; su mejor amigo de la infancia, Ben, bien casado, con empleo y estable y a la búsqueda de fertilizar a su mujer, Anna. Y ella, madura, segura y con más de un secreto sorprendente. Shelton se ha reservado el rol de Mónica, una artista bisexual con ganas de romper barreras artísticas y personales. El embrollo y consiguiente dilema moral comienza cuando durante una improvisada orgía llena de drogas, sexo y alcohol, los dos amigos se comprometen a rodar un video pornográfico en el que ambos, reputados heterosexuales, realizaran el acto con innovaciones que convertiran la pieza en una obra de culto. Será algo más que un acto homosexual ya que no lo son, y no será pornografia ya que intentarán realizar una pieza con valor artístico. La meta final será proyectarlo en el Festival Hump, un certamen local de pornografía. Pese a la resaca y en apenas 24 horas, Ben debe aclarar el embrollo con Anna, alquilar una habitación de motel y filmar el encuentro con su amigo del alma. Los momentos embarazosos se suceden a 24 fotogramas por segundo para regocijo de la platea, como ocurrió en las proyecciones del cine del Palais Stephanie, otrora solar del embrionario cine del Festival en sus comienzos hace 62 años. Durante una entrevista mantenida con Lynn Shelton con www.cineyteatro.es, la realizadora de Seattle, de 43 años, manifestó que la película se enclava en el nuevo subgenero del bromance, «sin yo saber siquiera que existía». «Más que la sexualidad masculina, sentí que exploraba la psique. Y quise subvertir los clichés: el feliz casado es el que más quiere arriesgar para demostrarse que la felicidad doméstica no le ha …domesticado. Trata de ser tan salvaje como cuando era joven. Y el bohemio…resulta no serlo tanto y admite ser más convencional que nadie». La feliz carrera de Humpday se inició en Sundance, «una experiencia inolvidable en la que comprobé que hombres y mujeres veian películas diferentes»; los Independent Spirit Awards -en los que logró el premio «Someone to watch»- y Cannes, «sin duda lo más grande que me hq podido ocurrir». Pese a las ofertas de Hollywood, «algo que jamás se me pasó por la mente»; Shelton, prefiere permanecer en Seattle; cuidar de su hijo de 10 años y preparar su próxima película, de nuevo alrededor de las contradicciones de la psique masculina, de nuevo con un personaje femenino fuerte e inteligente; como en «Humpday»