«Si la cosa funciona”, de Woody Allen, se representa en el teatro Maravillas de Madrid

«Si la cosa funciona” fue una película que Woody Allen estrenó en 2011 y luego convirtió en obra teatral. Ha recubierto la pieza del lenguaje del teatro, ha subrayado algunas ideas, y ha llenado la obra de aliento poético. El resultado es sensacional.

Efectivamente funciona, sí, porque sobre la obra sobrevuela permanentemente el talento colosal de Woody Allen. Y sus obsesiones. Y esas cuestiones de las que habla recurrentemente pero que a su público no le cansan nunca. Woody Allen es la palabra mezclada con la esquizofrenia. Es decir: su obra es la vida. Allen ha exhibido siempre en su obra sus manías y sus temores, y ha mezclado todo ello con su imaginación indómita y con su cultura extraordinaria. Su obra oscila entre la biblioteca y el psiquiátrico. Con el amor como fondo. El amor como dolor casi siempre. Son las constantes de un creador sublime.

«Si la cosa funciona” gira en torno a una cuestión esencial: la suerte. El protagonista lo dice al final, cuando ha encontrado el amor, por fin, después de tres intentos frustrados de suicidio: «Todo es cuestión de suerte”.

«Si la cosa funciona” es casi una historia de amor. A la que mueve el azar, decíamos, pero nunca la existencia de Dios, al que el autor niega constantemente. Lo dice el protagonista: «Creo más en la necesidad del aire acondicionado que en la necesidad de Dios”. Porque Woody Allen lo recubre todo de palabras, poesía, hipocondría desmayada, hondas reflexiones que a simple vista parecen cutáneas, soledad, y sonidos y colores neoyorquinos, hasta mostrar la vida tal y como es desde el juego del teatro. En medio de ese torbellino poético con música de clarinete como fondo siempre hay algo en lo que el espectador se reconoce, con lo que se identifica plenamente. Francisco Umbral sostenía que un escritor no debe dar ideas, sino cosas. Woody Allen da ideas llenas de cosas. Por encima de la satisfacción estética que proporciona su obra, está siempre la emoción que transmite.

El actor José Luis Gil realiza una interpretación superlativa en la defensa de un personaje complicado en «Si la cosa funciona”, un montaje que se estrenó hace más de un año, ha estado de gira por España, y ahora hace temporada en el teatro Maravillas de Madrid, en el barrio de Malasaña. Durante estos días, Malasaña es Manhattan.