Mikel Rueda ha vuelto al Festival de Málaga con este largometraje, cinco años después de la presentación de «A escondidas»

Mikel Rueda ha presentado su nuevo largometraje «El doble más quince», una historia de amor marcada por la diferencia de edad que huye de estereotipos. Protagonizada por Maribel Verdú y Germán Alcarazu, el guión muestra las inquietudes y las reflexiones de Ana y Eric. Se trata de la adaptación de un cortometraje que realizaron Rueda y Alcarazu con la que creen que van a despertar controversia.

Ella tiene 45 años, es médico y ha alcanzado todas las metas personales y profesionales con una vida acomodada. También tiene marido, hijos y hasta una vivienda lujosa, pero no se siente del todo satisfecha. Cree que le falta algo. Él es menor de edad, un adolescente quinceañero que todavía no sabe qué rumbo quiere tomar. No obstante, a lo largo de la cinta no se menciona en ningún momento la edad, simplemente se intuye.

«Lo más importante es que dos personas de edades tan diferentes se convierten en un espejo del otro», ha recalcado Rueda. Se conocen en un chat erótico, donde Eric se hace pasar por un chico de 30 años y decide ofrecerle sexo a cambio de dinero. Ana accede y cuando se conocen en persona ella descubre la verdadera edad del joven que ni siquiera ha perdido la virginidad. Ambos representan dos momentos vitales muy dispares, pero el encuentro les permite ser ellos mismos.

El director ha indicado que su película «es una especie de road movie en la que sus protagonistas se van descubriendo mientras caminan juntos». El guión nace de sus propias inquietudes «porque me gusta hacer cine sobre las cosas que le tocan y me conmueven», ha añadido. «Todo el mundo llega a una edad a la que se cuestiona las mismas preguntas, sin importar que seas hombre o mujer. En la adolescencia te cuestionas muchas cosas, pero al final te acabas convirtiendo en alguien que la sociedad quiere que seas. De repente te acercas a los 50 y todo vuelve a tambalearse».

Verdú ha explicado en rueda de prensa que su personaje «despierta para darse cuenta de que toda esa vida exitosa no era realmente lo que quería. No es feliz y la invaden las dudas, la preocupación y la frustración. De repente con este chico en etapas diferentes, pero con sentimientos en común. Se sienten perdidos y se apoyarán el uno en el otro para superar sus miedos». También ha destacado que le encanta su papel «porque es una forma de recordarle al mundo que no todas las cosas en la vida deben tener una explicación ni las personas tienen que justificar continuamente lo que hacen».

Para ella este trabajo ha sido «uno de los cinco mejores rodajes de mi vida». Junto al director han asegurado que «la química entre los protagonistas era clave para que la historia no se cayera por todas partes». Consideraban necesario crear un ambiente familiar y cercano y para ello los personajes pasaron juntos 24 horas antes del rodaje, descubriéndose el uno al otro.

Por último, Alcarazu ha manifestado que «se ha dejado la piel para que mu papel fuera lo más convincente posible». Antes de rodar, el equipo realizó un trabajo de campo con adolescentes para conocer de cerca cómo reaccionan ante las relaciones amorosas con el fin de dotar al guión de realidad.