El cineasta y coreógrafo estadounidense fue galardonado en 1997 con el Oscar honorífico en reconocimiento a su carrera

Stanley Donen, director de clásicos cinematográficos como «Dos en la carretera», «Charada» y «Cantando bajo la lluvia» (icono de la cultura popular que codirigió con Gene Kelly), ha muerto este sábado 23 de febrero a los 94 años de edad. Galardonado con el Oscar honorífico en reconocimiento a toda su carrera en 1997, también fue el responsable de películas tan conocidas como «Al diablo con el diablo», «Siete novias para siete hermanos» y «Un día en Nueva York», que también llevó a cabo con Kelly.

El director y coreógrafo nació el 13 de abril de 1924 en Columbia, Carolina del Sur (Estados Unidos). Hijo de Mordecai Moses Donen y Helen Cohen, vivió su infancia en el plácido pueblo de Columbia. Aficionado al cine, siempre ha asegurado que él nació de verdad cuando con 13 años vio a Fred Astaire y Ginger Roger en «Volando hacia Rio de Janeiro». Fue precisamente su admiración por Fred Astaire, lo que le llevó a tomar clases de danza.

Debutó como bailarín en el musical de Broadway «Pal Joey», protagonizado por el gran Gene Kelly, `del que se hace muy amigo. En Broadway trabaja en otros espectáculos en los que ejerce, además de bailarín, también a veces de coreógrafo. En 1943 es llamado a Hollywood por su amigo Gene Kelly, que le ofrece trabajar para él como asistente, primero como coreógrafo de «Las modelos». y posteriormente como ayudante de dirección en «Levando anclas».

Será el productor de musicales Arthur Freed quién le confíe la dirección de «Un día en Nueva York» (1949), emblemático clásico del género que dirige junto a su amigo Gene Kelly con solo 25 años. La película supone una revolución en la concepción del musical: Las canciones y coreografías se integran en la acción y dejan de ser un compartimento estanco como sucedía hasta entonces, y saca el musical a la calle. La película la protagonizan Gene Kelly Frank Sinatra, Jules Munshin, Betty Garrett y Ann Miller. Será el propio Donen quien enseña a Sinatra a bailar. Una película que sigue conservando la vitalidad del primer día, llena de alegría contagiosa y de un sanísimo humor. Y además con unos números musicales insuperables. Una obra maestra.

El gran éxito de «Un día en Nueva York» provoca que Arthur Freed y la M.G.M pongan en marcha el que va a ser el gran musical de todos los tiempos, «Cantando bajo la lluvia», que Donen rueda de nuevo junto a Gene Kelly con 28 años, resultando una película vitalista sobre cine en el cine, protagonizada por Gene Kelly, Donald O’Connor, Debbie Reynolds y Cyd Charisse, y ambientada en el nacimiento del sonoro, que posee inolvidables números musicales, que como el de Gene Kelly bailando bajo la lluvia con el paraguas cerrado se ha convertido en un icono del cine.

En 1955 el tándem Donen – Kelly hacen su tercera y última película juntos, «Siempre hace buen tiempo», una especie de continuación de «Un día en Nueva York», que cuenta como, durante la Segunda Guerra Mundial, tres soldados hicieron una promesa: encontrarse en un lugar concreto diez años después de la guerra. Los tres cumplen la promesa, pero cuando se reúnen se dan cuenta de que ya no tienen nada en común. Protagonizan el filme Gene Kelly, Cyd Charisse, Dan Dailey, Dolores Gray y Michael Kidd. La película contiene deslumbrantes números musicales filmados en Cinemascope.

Finalizada su colaboración con Gene Kelly, Stanley Donen rueda todavía, en solitario, otros tres importantes musicales: «Bodas reales» (1950), donde por fin puede dirigir a su admirado Fred Astaire, en donde tiene oportunidad de desarrollar uno de los números musicales más impactantes de su filmografía, «You’re All the World to Me», en el que Astaire baila por las paredes y acaba en el techo; «Siete novias para siete hermanos» (1954) o «Cara de ángel» (1956), de nuevo con Fred Astaire y Audrey Hepburn.

Pronto Stanley Donen se abría a otros géneros: Comedias como «Indiscreta» (1958), con Cary Grant e Ingrid Bergman, o «Página en blanco» (1960), con Cary Grant, Deborah Kerr, Robert Mitchum y Jean Simmons; melodramas como la entrañable «Dos en la carretera» (1967), con Audrey Hepburn y Albert Finney; homenajes a Hitchcock como «Charada» (1963) y «Arabesco» (1966); mágicas como «El pequeño príncipe» (1974), adaptación del cuento de Antoine de Saint Exupéry; una valiente mirada a la homosexualidad como «La escalera» (1969), con Richard Burton y Rex Harrison; aventuras como «Los aventureros del Lucky Lady» (1975); el cine de episodios en «Movie, movie» (1978); la ciencia ficción en «Saturno 3» (1979); e incluso la comedia juvenil en «Lío en Río» (1984).

Pero la gran pasión de Stanley Donen fue siempre el baile. Cuando en 1998 el flamante nuevo premio Princesa de Asturias Martin Scorsese le entregó el Oscar honorífico, Donen bailó con la estatuilla en el escenario. Ya lo había hecho antes cuando en 1989 la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) le rindió un homenaje y Donen, con total soltura se marcó unos pasos de baile en el escenario del Teatro Calderón.