la actriz interpreta en el filme a una mujer de clase media baja que busca superar la muerte de su hijo

La última vez que Nicole Kidman se atrevió con un película arriesgada fue «Fur» (2007), una digresión acerca de la fotógrafa Diane Arbus dirigida por Steve Shainberg. Tras superar un cuestionado matrimonio de nueve años con Tom Cruise, adoptar dos niños, sufrir un aborto y ganar un Oscar por su prótesis nasal para Virginia Woolf en «Las horas», nada parecía poder detener a la norteamericana criada en Australia.

Sin embargo, encadenó una serie de megaproducciones de fallido resultado e incluso se llegó a aventurar que su nombre equivalía al de «veneno para la taquilla». Tras su matrimonio ¡de blanco! con el músico Keith Urban, ayudarle en su desintoxicación del alcohol a los cuatro meses de la boda, sus sobredosis de Botox y el nacimiento de su primera hija biológica, Sunday Rose, la Kidman regresa convertida en productora con su firma Blossom Films. Para este debut ha elegido una novela ganadora del Premio Pulitzer acerca de una familia disfuncional de David Lindsay-Abaire. En este drama familiar la localidad de Douglaston del original ha sido sustituída por Westchester y Kidman ha rebajado su habitual aspecto de muñeca de porcelana de lujo para interpretar a una mujer de clase media baja que lucha por hacerse a la cruda realidad de la muerte de su hijo. Para interpretar a su marido ha sido elegido el siempre sólido Aaron Eckhart. En el reparto también, la oscarizada Dianne Wiest y Sandra Oh, ex mujer de Alexander Payne y habitual de «Anatomía de Grey». La producción es modesta: no supera los 10 millones de dólares. El rodaje sólo duró 28 días y no hubo trailers para los actores protagonistas. la elección del director, autor del culto «Hedwig and the Angry Inch», John Cameron Mitchell, constituyó una arriesgada elección. Sin derechos de distribución, asemeja más una producción independiente que una típica de Hollywood. Y el factor decisivo para ser realizada ha sido la participación de la protagonista de «Moulin Rouge». En principio, el director elegido fue Sam Raimi, pero una nueva entrega de «Spiderman» le apartó del proyecto. Cameron Mitchell sintió una inmediata relación con la historia dado que perdió a un hermano pequeño a los cuatro años, de una lesión cardíaca. El tenía 14 años y todavía siente que se tiene que recuperar de aquella pérdida. Dirigir la película le ha ayudado a ello, en sus propias palabras. El proyecto se remonta a 2006, cuando Kidman vió en Broadway la novela elevada al escenario teatral en una producción de «The Rabbit Hole» («La guarida del conejo»), por el que Cynthia Nixon -en el rol de la doliente madre- ganó el codiciado premio Tony. De alguna manera, Kidman exploró el territorio del dolor de la pérdida en «Birth» y le alentó la idea de explorar un territorio que le causa pánico y pesadillas. Durante su aparentemente perfecto matrimonio con Cruise -cuyas causas de disolución permanecen desconocidas- ella sufrió un aborto natural. La pérdida forma parte de su propia vida. En el futuro, aparte de producir, Kidman planea escribir historias para el cine, pero no dirigir. Entre los próximos planes de Blossom, otra película, «The Danish Girl», basada en la historia del primer hombre que se atrevió con una operación de cambio de sexo. Si en ésta Kidman interpretará un rol, no lo hará en otra producción suya para Blossom, un «remake» de «Cómo casarse con un millonario», sólo que en esta ocasión el cazafortunas será un hombre. El actor elegido heredará los papeles interpretados en el pasado por Lauren Bacall, Betty Grable y Marilyn Monroe. Quizá como productora, Kidman haga olvidar los estrepitosos fracasos que constituyeron «La invasión», «La brújula dorada» y la gigantesca burbuja que fue «Australia» y que pusieron en serio peligro su carrera.