«Ruz-Bárcenas», obra de máxima actualidad, en el Teatro del Barrio de Madrid

El teatro conoce muchas maneras de expresarse y por eso sobrevive a lo largo de los siglos con su tradicional mala salud de hierro. Está el teatro clásico, que lo tiene todo, como ese «Rey Lear» de Shakespeare que «se hizo viejo antes que sabio”, según dice uno de los personajes. Y está el teatro actual, del momento, de lo que está pasando. Sobre la actualidad. Teatro documento. Muy en boga. Por ejemplo: la obra «Ruz-Bárcenas», escrita por Jordi Casanovas y dirigida por Alberto San Juan, que actualmente se representa en el Teatro del Barrio de Madrid.

«Ruz-Bárcenas» es un complicado e interesantísimo ejercicio teatral. Jordi Casanovas, el autor, buscó en su día en Internet las casi cinco horas de declaración de Luis Bárcenas en la Audiencia Nacional el 12 de julio de 2013, día en el que el ex tesorero del PP decidió «tirar de la manta” por consejo de sus abogados y contar al juez Pablo Ruz los sobresueldos que recibían numerosos altos cargos de ese partido procedentes de donaciones de diferentes empresas.

La obra, protagonizada por Pedro Casablanc (Bárcenas) y Manolo Solo (Ruz), consigue mantener la tensión del espectador durante los 60 minutos que dura de una manera llamativa: Jordi Casanovas ha creado una dramaturgia con las palabras exactas que Ruz y Bárcenas emplearon en aquella sede judicial, sin añadir nada, los hechos tal y como sucedieron.
El autor únicamente ha podado el sumario. Pero cada palabra de la función se dijo en aquella sala. Manolo Solo y Pedro Casablanc repiten los gestos habituales de un juez y un acusado durante una toma de declaración, no hay sobreactuación, pero en el escenario buye una tensión dramática de primer orden. Tal vez proceda de los malos tiempos que vivimos, de la corrupción que circula con inmensa naturalidad por las arterias de nuestra vida política. Al personaje de Luis Bárcenas no le extraña que existan sobresueldos, sino que un juez pregunte por ello. Pedro Casablanc, sensacional, encarna a un Bárcenas angustiado, solo y perplejo. Sin gestos excesivos, sin gritos, sólo moviendo la lengua en el interior de la boca en momentos de nerviosismo, echándose hacia adelante en la silla en algún instante clave. Así va relatando los sobresueldos que en su día entregó con el dinero introducido en un sobre a dirigentes del PP. Al partido, en suma, como bien supremo e indiscutible. El público ovacionó a los actores y hubo quien desde la platea gritó pidiendo cambios en la sociedad, un país nuevo.