Prepara «La mujer invisible» sobre el romance de Charles Dickens con Nelly

Charles Dickens, se dice, vivió una gran relación amorosa secreta y Ralph Fiennes se propone contarla poniéndose tras la cámara. El escritor de «Oliver Twist» y «La pequeña Dorrit» mantuvo a lo largo de 13 años un romance con Ellen Ternan, también llamada Nelly por el autor. Fiennes lleva semanas reuniéndose con varias actrices para ver la posibilidad de que sean Nelly en «La mujer invisible», el título del próximo film.

El guión lo firmará Abi Morgan y será la adaptación de la novela de Claire Tomalin. Las actrices cuyos nombres suenan con más fuerza son Imogen Poots, Abbie Cornish y Felicity Jones.

Carey Mulligan, a punto de estrenar «Drive» suena también en la lista potencial de candidatas, pero el problema es que prepara con Baz Luhrmann de la nueva adaptación de «El gran Gatsby», en el que será Daisy, frente al Gatsby de Leonardo DiCaprio y Tobey Maguire y puede que no pueda participar cuando Fiennes grite ¡acción! este verano. ¿Será el protagonista de «El jardinero fiel» y «El paciente inglés» el protagonista? Parece que sólo querrá estar tras la cámara esta vez.
Fiennes protagonizó y dirigió «Coriolanus» junto a Gerald Butler, Vanessa Redgrave, Jessica Chastain («El árbol de la vida»), Brian Cox y James Nesbitt. El actor está en la preproducción de «La mujer invisible», mientras ensaya simultáneamente «La tempestad», de William Shakespeare, para el director Trevor Nunn.

Una vez que la tempestad se desate en el teatro Royal Haymarket, se dedicará de pleno a Dickens, ésta vez interpretando a Magwich en la versión de Mike Newell de «Grandes esperanzas», producida por Elizabeth Karlsen y Stephen Woolley para este otoño. Y claro, será el villano del Bond 23 junto a Javier Bardem. De momento le podemos ver como el desnarigado conde Valdemort en la triunfal despedida de Harry Potter. Para la televisión será un primer ministro británico para la producción de la BBC «Page Eight», un drama de espionaje, junto al infalible Billy Nighy. Pero, realmente, ¿de dónde saca el tiempo?