La película del argentino Damián Szifron coproducida por los hermanos Almodóvar y protagonizada por Ricardo Darín es una comedia negra y salvaje

Escrita por el propio Szifrón, «Relatos salvajes» es un film integrado por seis diferentes historias independientes, de tono absurdo o surrealista, protagonizadas por algunos de los más populares actores argentinos contemporáneos, como Ricardo Darín, Darío Grandinetti, Leonardo Sbaraglia, Erica Rivas, Rita Cortese, Julieta Zylberberg, Osmar Núñez, Nancy Dupláa u Oscar Martínez.
En Argentina, su país natal, el público conoce a Damián Szifron por su talento como guionista de televisión y por «Los Simuladores», una exitosa serie humorística que escribió y dirigió en 2002. En Cannes, ha presentado este sábado su tercer largometraje, «Relatos salvajes», una película con varias narraciones en las que la venganza y la destrucción conviven armoniosamente.
Con 38 años, Damián Szifron es uno de esos directores polifacéticos que pasan de la pequeña a la gran pantalla sin gran dificultad. Series de televisión exitosas, cortometrajes y largometrajes («El fondo del mar», en 2003 y «Tiempo de valientes» en 2005): el director y guionista argentino tiene experiencia en todos los tipos de escritura. La estructura narrativa de «Relatos salvajes» ilustra por si sola el recorrido heterogéneo del cineasta argentino, quien ha elegido estructurar el relato de la película a la manera de una serie.
Estructurada en seis relatos, «Relatos salvajes» narra los contratiempos de seis personajes que pierden los estribos y deciden «pasar al acto», vapuleados por una sociedad que «desnaturaliza las relaciones humanas», explica Damián Szifron. La trama de la película se le ocurrió durante la escritura de una serie de historias con el fin de «desestresarse» en medio de diversos proyectos. «Me di cuenta de que todas estaban relacionadas a través del placer innegable de perder la compostura», destaca. «Mientras desarrollaba otros proyectos fui escribiendo una serie de narraciones breves con total libertad. Al reunirlas en un único volumen, advertí que estaban vinculadas por un conjunto de temas que les conferían unidad y cohesión: hablamos de la difusa frontera que separa a la civilización de la barbarie, del vértigo de perder los estribos y del innegable placer de perder el control. Este proyecto involuntario se volvió tan consistente que rápidamente trepó en urgencia y encontró su esquema de producción»
Damián Szifron asume la multiplicación de las historias como un acto liberador. «Me gusta pensar que una película es como un viaje a través de las diferentes historias de los personajes muy diferentes que comparten un momento importante cuando la vida cotidiana se torna hostil, y luego hacer que estos personajes converjan en una línea», explica el director.
«La multiplicidad de relatos me conecta directamente con el momento en que adquirí el placer por la lectura. Recuerdo como si fuera hoy el descubrimiento, en la biblioteca familiar, de un grupo de antologías del Círculo de lectores que cautivaron mi atención: Relatos maestros del crimen, Relatos maestros de misterio y Relatos maestros de terror. Cada título, en el índice, sugería un nuevo enigma y todo otro universo; era como cuando un familiar regresaba de viaje y traía una valija llena de regalos. Más tarde, llegarían los «Cuentos asombrosos» producidos por Spielberg, las «Historias de New York / New York Stories», de Scorsese, Coppola y Woody Allen y los 9 cuentos de J.D. Sallinger. Las huellas que todas estas obras dejaron sobre mi consciencia configuraron el espacio que hoy me invita al juego, la libertad creativa, y la experimentación», agrega Szifron

La segunda película en competición del sábado es «Saint Laurent», un retrato del famoso diseñador icono de la alta costura a cargo de Bertrand Bonello («Casa de tolerancia»)
La película muestra los años emblemáticos para Yves Saint Laurent (1967-1976), destacando la presentación de su colección rusa, importantísima en su carrera. La vida íntima de Yves Saint Laurent es más compleja: afectado por la depresión y susceptible a todo tipo de excesos, es precisamente este lado sombrío lo que fascinó al director de Le pornographe: «Saint Laurent siente avidez por todo: el sexo, la bebida, la celebridad…»

La dualidad fascinante de la vida de este gran modisto se presta particularmente a la estética de Bonello, que tiende a la perfección visual y a la subversión: «Yves Saint Laurent es un verdadero personaje novelesco increíble. El aspecto visual, fastuoso y excéntrico, es aglo evidente en este destino fuera de lo común». Al igual que en Tiresia y en Casa de tolerancia, el director trabaja con la sensualidad del vestuario, de los cuerpos, de las miradas. Los años 1960 y 1970 se suceden en una danza de costumbres que se liberan, de veladas, de discotecas. En una de ellas, Saint Laurent conoce al dandi Jacques de Bascher…
Bertrand Bonello presenta con esta película biográfica un largometraje elegante y subversivo, con un elenco de lujo: Gaspard Ulliel, Jérémie Rénier en el papel de Pierre Bergé, y Louis Garrel, impecable como Jacques Bascher. El filme cuenta además con la participación de Léa Seydoux, quien interpreta a la modelo Loulou de la Falaise.