PROSIGUE LA POLÉMICA POR PLANTEAR REALIZAR UNA SEGUNDA PARTE DE LA PELÍCULA QUE PROTAGONIZARON INGRID BERGMAN Y HUMPHREY BOGART

En un episodio de la irreverente serie «Los Simpson» titulado «Natural Born Kissers», Bart y Lisa descubren un final alternativo a la película «Casablanca» enterrado en un garage. En él, Adolf Hitler sale del piano de Sam y trata de matar a Rick con una granada, hasta que la aguerrida Lisa llega con paracaidas y machaca al Führer. El final muestra el matrimonio entre Rick e Ilsa antes de The End. ¿No es fantástico?, se pregunta Bart y añade, además deja abierta la posibilidad de una secuela. Pues ahora Cass Warner, productor y nieto de uno de los hermanos Warner, está buscando financiación para «Casablanca 2».

Warner ya tiene un guión: «Retorno a Casablanca», escrito por Howard Koch, uno de los coguionistas del clásico de 1942. El protagonista es Richard Blaine, el hijo ilegítimo de Rick e Ilsa, que regresa al puerto marroquí en los años 60, intentando encontrar a su padre. Todo ésto suena a pura blasfemia ya que el film original es uno de los textos sagrados de Hollywood y las secuelas suelen destrozar el original («Psicosis», de Gus van Sant). De hecho, este año se ha realizado una versión remasterizada para celebrar el 70 aniversario de su rodaje. Si revisamos el original de «Wall Street» (Oliver Stone) comprobamos la chapuza de «El dinero nunca duerme». La bobada de «Terminator 3» no disminuye al clásico de la segunda parte.
De hecho, en 1983 se realizó una versión televisiva en cinco capítulos en que David Soul sustituía a Humphrey Bogart y Scatman Crothers al pianista Sam. ¡!¡!¡! La cadena NBC jamás llegó a emitirla, presuntamente abochornada. Y es que siempre nos quedará París. La simple idea de una secuela de esa maravilla es simplemente un pésimo proyecto abocado a un estruendoso fracaso.