una declaración de principios con forma de baile flamenco que nació de la admiración de la artista por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer

Este jueves 15 de diciembre llega al Teatro Español de Madrid «Utopía», una declaración de principios con forma de baile flamenco que nació de la admiración de la artista por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, un humanista que a sus 103 años deja como legado la inconfundible sinuosidad de sus edificios y, sobre todo, la integridad, el compromiso y la solidaridad que han guiado su vida, convertida en inspiración y mensaje. Un mensaje que Oscar transmitió a María en sus encuentros en su estudio de Copacabana.

«Utopía», que se estrenó el 8 de octubre de 2011 en el Centro Niemeyer de Avilés, y que permanecerá en el escenario del Español de Madrid hasta el 30 de diciembre, es una reflexión emocional sobre el anhelo, la imaginación y el instinto de los seres humanos para soñarse a sí mismos en un futuro mejor. Un proyecto global en el que ocho bailaores interpretan junto a Pagés la experiencia ética y estética del deseo, del inconformismo y de la utopía. El espacio escénico se nutre -como los dibujos abocetados de Oscar- de las curvas que siluetean la naturaleza.
En palabras del arquitecto: «No es la línea recta la que me atrae, dura, inflexible, creada por el hombre. La que me atrae es la curva libre y sensual. La curva que encuentro en las montañas de mi país, en la sinuosidad de sus ríos, en las olas del mar, en las nubes del cielo, en el cuerpo de mi mujer favorita. De curvas está hecho el universo, el universo curvo de Einstein”.
La música, original y en directo, está compuesta e interpretada por el guitarrista Rubén Lebaniegos y el cantautor brasileño Fred Martins y cuenta con los cantaores Ana Ramón e Ismael de la Rosa, la guitarra de José Carrillo Fyty, el violonchelo de Sergio Menem y la percusión de Chema Uriarte.

«Utopía» es, en su esencia, el título de una danza poetizada que se estructura en ocho partes (o versos) que convocan poemas de Larbi el Harti, Neruda, Benedetti, Machado y Baudelaire. Poemas que ahondan sobre la solidaridad, el compromiso, el exilio, la fugacidad de la vida, la pequeñez de los hombres en un cosmos indiferente a sus miserias y grandezas, y -ahora más que nunca- sobre la necesidad de la imaginación y el idealismo como motores necesarios para el cambio. Está la esperanza incombustible de Don Quijote. Y está también el espíritu de otros autores que han acompañado a María Pagés en el proceso. Autores como Gilbert Durand, Gaston Bachelard, Jean Chevalier y Alain Gheerbrant.

María lo baila y Oscar lo dice: Cuando la vida se degrada y la esperanza huye del corazón de los hombres, la revolución es el camino a seguir.