LA OBRA LLEGA AL TEATRO FERNÁN GÓMEZ ESTE 26 DE FEBRERO

Con Isabel Ordaz, Ismael Martínez, Francesc Albiol, Lola Baldrich, Mamen Godoy, Santiago Nogués y Sandra Ferrús al frente del elenco, esta obra de Mihura, estrenada por primera vez en el Teatro María Guerrero de Madrid en 1946, es una producción del Teatro de la Danza en coproducción con Entrecajas Producciones teatrales. La obra estará en el Teatro Fernán Gómez del 26 de febrero al 22 de marzo.
Mercedes es una casadita de mediana edad que para no aburrirse demasiado en su matrimonio lee novelas de aventuras. Una noche, en la que su marido (Lorenzo) aún no ha llegado por cuestiones de trabajo y mientras lee una de sus novelas, se queda dormida y tiene un sueño con absoluta apariencia de realidad. En ese sueño, disparatado y sorprendente, su marido se había enamorado de una secretaria (Raquel, una joven huérfana) y para poder vivir ese amor habían decidido envenenar a Mercedes, ya que la acción se desarrolla en la España de los años 40 y como no existía el divorcio les había parecido «la mejor solución”. En ese sueño también aparece un misterioso personaje: Un indio americano que conecta muy bien con Mercedes. Después de constatar con los criados de la casa que sólo había sido un sueño, Mercedes intenta tranquilizarse, pero en ese momento llega su marido de una interminable sesión laboral y le comunica que necesita un poco de ayuda para terminar el «memorando” que le acaban de encargar y para ello necesita contratar a una secretaria; le han hablado de una chica joven, muy lista y aplicada y que además necesita el trabajo… es huérfana y debe mantener a sus hermanos pequeños…..
Miguel Mihura definió su obra con cuatro frases diferentes: «El caso de la mujer asesinadita es una comedia emocionante porque los protagonistas se amaban, pero no podían ser felices hasta no morir…», «El caso de la mujer asesinadita es una comedia de intriga porque hay en ella una gran pasión de fuerzas telepáticas y un dulce y pequeño asesinato…»; «El caso de la mujer asesinadita es una comedia poética porque, mientras nieva en la calle, los protagonistas juegan con floreros que contienen tulipanes y tocan la zambomba con ternura»; «El caso de la mujer asesinadita es una comedia escrita con sarcasmo y amargura, en la cual el humor, lo disparatado y lo poético son sólo el ropaje». Las cuatro definiciones de Miguel Mihura y se publicaron en la primera edición de la obra en 1946. Es una declaración de intenciones que no puede ser más ajustada y sugerente y que desde luego he tenido muy en cuenta a la hora de bucear en sus páginas y poner en pie este espectáculo.
Para Amelia Ochandiano «Trabajar en este texto de Mihura ha sido todo un placer y a la vez un reto enorme cargado de esfuerzo ya que mi intención era ser fiel a la propuesta que hacen los autores, que ya de por sí es muy exigente, pero utilizando las formas contemporáneas tanto en la puesta en escena (efectos especiales, visuales y proyecciones) como en la interpretación».
Para Ochandiano «era necesario un equipo artístico que rompiera de forma tajante con el tipo de puestas en escena más convencionales y no por el hecho de innovar porque sí, sino porque el propio texto me sugería un vuelo diferente, una revisión de conceptos. Y sobre todo necesitaba que los actores «aguantaran” la tensión de las situaciones que plantea la función desde una organicidad, desde una verdad y un vuelco emocional que nos hiciera contemplar este texto con ojos renovados. Un reparto capaz de bucear en todo lo que dice y todo lo que insinúa o está, en un subtexto cargado de intención, de inteligencia, de amargura y de mala leche, sin renunciar a divertirse».