El proyecto se aplaza sine die por problemas financieros del coproductor portugués Paulo Branco

Hay proyectos soñados, pero también malditos o gafados, como para Terry Gilliam, exMonty Python, el de «El hombre que mató a Don Quijote», que primero se frustró hace más de década y media por una serie de accidentes en pleno rodaje en España que obligaron a cancelarlo, y desde entonces, los varios intentos de diversos productores y el propio cineasta norteamericano, por reflotarlo resultaron infructuosos.

Por fin, a finales de marzo de este año el proyecto fue abanderado por el productor portugués Paulo Branco y su colega español Gerardo Herrero, quienes pusieron fecha al rodaje para principios de este otoño. Sin embargo, parece que el primero no ha logrado la financiación necesaria y Don Quijote tendrá que seguir esperando a sus molinos…

En declaraciones a la BBC, Gilliam, que tenía comprometida la actuación de Michael Palin, su excompañero en los Monty Phyton, como Don Quijote, Adam Driver («Star Wars») en el rol de un publicista transportado en el tiempo, y Olga Kurylenko como una moderna Dulcinea, reconoció que el inicio previsto este lunes para la filmación se retrasó sine die. Achacó el problema a Paulo Branco, quien participaba mayoritariamente en el proyecto a través de dos de sus empresas, una francesa y otra portuguesa: «Tenía a este productor, un tipo portugués, que aseguró que iba a conseguir todo el dinero a tiempo. Y hace unas pocas semanas, demostró que no lo tenía».

No obstante, en las mismas declaraciones a la emisora británica, Gilliam agregó que el proyecto seguía adelante y no estaba muerto. «Moriré yo antes que la película», bromeó.

«El hombre que mató a Don Quijote», coescrita por el propio Terry Gilliam y Tony Grisoni, reune al hidalgo-caballero andante español Don Quijote y a un joven llamado Toby, quien viaja en el tiempo desde la época actual hasta La Mancha del siglo de Oro. Los personajes han pasado por varias hipotéticas encarnaciones. Antes de Palin y Driver fueron John Hurt y Jack O’Connell, y en un elenco anterior Robert Duvall y Ewan McGregor. Si ya nos remontamos al primer intento, los actores originales en el año 2000, cuando se interrumpió el rodaje, eran Jean Rochefort y Johnny Depp.

Aquella filmación fue sacudida por una serie de catastróficas desdichas que dieron lugar a uno de los mejores «unmaking of» nunca vistos: «Perdidos en la Mancha». En ese documental puede verse cómo los técnicos se desesperarán por el modo de trabajar de Gilliam, una mente caótica y genial donde hierve una imaginación desbordante. Además, el equipo de rodaje se enfrentará a una sucesión de desgracias inverosímiles; tendrá que luchar contra estruendosos F16 de la aviación española, tormentas apocalípticas en las Bárdenas y un accidente del actor principal, el francés Jean Rochefort, quien se retorcerá con una doble hernia discal tras cabalgar a Rocinante.

En unas declaraciones en el Festival de Gijón de 2014, el director, escritor y actor estadounidense, único de su nacionalidad en el popular grupo de humor británico Monty Python, comentó: «Cuando se rodó ese documental era la quinta vez que intentábamos llevar a cabo esta película sobre El Quijote, ahora vamos por el séptimo o el undécimo intento de rodarla, ya ni siquiera estoy seguro de cuantas intentonas llevo. La mayoría de los «Cómo se hizo» de las películas suele ser material promocional. En nuestro caso cuando estábamos rodando este tipo de material Jean Rochefort enfermó, y veíamos como la película iba cayéndose por su propio peso, así que le dije a los dos cámaras encargados de rodar el «Cómo se hizo» que siguiesen rodando, que ahí era donde iban a captar la esencia de lo que fue el rodaje».

Así, lo que iba a ser la más ambiciosa producción europea de la época, se fue al garete, y las agencias de seguros tuvieron que abonar 15 millones de dólares, pero se quedaron con los derechos del guión, que tras ardua negociación consiguió recuperar Jeremy Thomas, el productor que hizo exitosa dupla con el italiano Bernardo Bertolucci en éxitos como «El último emperador». No obstante, su empeño por buscar financiación no fructificó y así fue pasando de mano en mano. Hace dos años, el canario afincado en Barcelona Adrián Guerra anunció que lo produciría, pero -según dijo a Audiovisual 451- fue incapaz de lograr que Gilliam redujera sus ambiciones presupuestarias, unos 18 millones de dólares. Las preventas en el pasado mercado-festival en Cannes no debieron ser las esperadas y Paul Branco parece que no consiguió cubrir el dinero necesario. Toca seguir esperando…